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Opinión
Editorial: Lo que las aulas callan
El acoso, las amenazas y la vulneración de derechos afectan a miles de estudiantes en Ecuador
Vulneración de derechos, acoso, amenazas de muerte, pérdida de interés académico… Estos problemas encierran a muchos estudiantes dentro de las aulas de colegios y escuelas. No hay nada más doloroso para un padre o madre que enterarse de que la razón por la que su hijo no quiere volver a clase es alguna de estas situaciones. Sucede a diario, puede prolongarse por meses, y muchas veces nadie hace nada por ayudarlo.
En las instituciones educativas existe el Departamento de Consejería Estudiantil. Su función es garantizar el bienestar psicosocial de los alumnos, detectar riesgos, fomentar la inclusión y promover sus derechos. Sin embargo, en muchos casos, estos departamentos están de adorno o, peor aún, se convierten en cómplices de los abusadores que se disfrazan de docentes o estudiantes.
Ignorar estas violaciones no es una opción. Cada aula que no protege a sus estudiantes siembra miedo, dolor y cicatrices que duran toda la vida. Autoridades, docentes y la sociedad deben actuar antes de que más niños y adolescentes pierdan no solo clases, sino incluso la vida.