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Opinión

Editorial: La promesa incumplida

Los guayaquileños todavía aguardan que el alcalde cumpla con una de sus promesas de campaña: exhibir la realidad del Municipio, luego de tres décadas consecutivas de administración socialcristiana. Y esto incluye las anomalías y manejos ligeros de los fondos de los contribuyentes, aún desconocidos por los ciudadanos.

La actual administración se acerca a los tres meses de gestión, tiempo suficiente para conocer la realidad y denunciar las irregularidades a las autoridades, de ser el caso.

Sin embargo, salvo lo develado sobre el deprimente panorama de la plaza Guayarte, una denuncia por supuesta pérdida de documentos municipales e insistir en el escaso dinero en las arcas municipales, al parecer la actual administración no encuentra ningún indicio que merezca ser informado a las autoridades pertinentes sobre la gestión de su antecesora.

El silencio avala. El silencio, en ocasiones, es cómplice. Los guayaquileños merecen saber todo lo que se hizo y no se hizo durante 30 años. Cada detalle del manejo de sus recursos. Es más que una promesa de campaña, es un deber y una obligación de quien ahora ejerce como ejecutivo municipal para con los contribuyentes.