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Opinión

Editorial: Sin guardianía y sin dignidad

Es triste ver cómo centros de salud no pueden garantizar ni la atención adecuada ni la seguridad de sus pacientes

El trato digno a los ciudadanos es la base para una convivencia justa y para una sociedad que se respeta a sí misma. Sin eso, es imposible construir confianza entre el pueblo y las instituciones públicas. Sin embargo (y pese a que parece un principio elemental), es triste ver cómo centros de salud no pueden garantizar ni la atención adecuada ni la seguridad de sus pacientes.

EXTRA reveló esta semana lo que ocurre en un dispensario del Ministerio de Salud Pública ubicado en Bastión Popular, en Guayaquil, donde los médicos tienen que ‘rascarse’ los bolsillos y pagar, de su propio dinero, a personas para que reemplacen a los empleados de guardianía y limpieza que fueron desvinculados, incluso adeudándoles meses de salario. Y lo más grave es que esta situación no es exclusiva de ese centro, pues en otras zonas peligrosas de la urbe y hasta en localidades pequeñas se repite el mismo escenario.

El análisis profundo de los hospitales que ha solicitado con urgencia la vicepresidenta y ahora ministra de Salud no puede pasar por alto estas fallas. Cerrar los ojos ante estas carencias solo agrava el problema. Si el sistema de salud quiere recuperar credibilidad, debe empezar por lo básico: garantizar condiciones dignas para quienes buscan atención.

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