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Opinión
Editorial: ¡Urge acción real!
Urge que el poder político asuma la seguridad como prioridad real, no como bandera electoral
El atentado con coche bomba del pasado viernes contra el complejo penitenciario de Guayaquil confirma que las bandas criminales actúan sin freno y que el Estado sigue reaccionando tarde. Mientras el Gobierno de Daniel Noboa y el correísmo se enfrascan en disputas políticas, las mafias hacen lo que quieren, como en un juego macabro del gato y el ratón. ¿Hasta cuándo el país debe tolerar las niñerías del oficialismo y la oposición y ver cómo la seguridad de los ciudadanos queda relegada a un tercer plano? Ni la militarización de las cárceles ahuyenta a los terroristas.
La gente de bien camina paniqueada por calles y avenidas, atrapada en una ola de delincuencia que no distingue horarios ni lugares. Urge que el poder político asuma la seguridad como prioridad real, no como bandera electoral.