L actual crisis política en Venezuela está provocando una ola de incertidumbre entre sus ciudadanos, lo que se refleja en el creciente número de venezolanos que buscan refugio en países vecinos como Ecuador, una situación que ya había sido anticipada esta semana por una ONG.

El relajo generado en Venezuela tras las polémicas elecciones presidenciales ha creado un panorama de confusión, sin claridad sobre el futuro del país ni garantías de un cambio efectivo, que los ciudadanos claman en las calles. Este contexto no solo afecta la estabilidad interna del país, sino que también intensifica la crisis de movilidad en la región.

El anhelo de los venezolanos que llevan algunos años establecidos en nuestro país, esforzándose cada día por trabajar ‘por derecha’, de reunirse nuevamente con sus familias y acabar con la pesadilla de la discriminación y la xenofobia, parece esfumarse con el transcurrir de los días.

La llegada masiva de migrantes puede provocar un aumento en la disputa por empleos y recursos limitados en un país con serios problemas económicos como el nuestro. Los países de la región deben colaborar para abordar esta situación de manera efectiva, y la comunidad internacional debe trabajar para apoyar soluciones políticas y económicas en Venezuela, cuyo impacto aún no se siente.