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Opinión

Todos peleando y el COVID jorobando

La aparición de una nueva cepa de COVID-19, con el primer caso confirmado en Quito, prende las alarmas de preocupación por una nueva ola de contagios, de la que no se están preocupando ni las autoridades sanitarias ni las políticas, porque siguen enfrascadas en las luchas intestinas por el poder y los réditos que pueden obtener en las próximas elecciones de agosto.

La detección del primer caso hace sospechar que hay muchos más, tomando en cuenta que es un virus altamente contagioso y silencioso, ya que hay portadores asintomáticos que van propagándolo a la velocidad de sus movimientos y del número de personas con las que tienen contacto.

Los ciudadanos deben tomar medidas preventivas inmediatas para proteger su salud, evitando las aglomeraciones y eventos que puedan convertirse en focos de contagios; y las autoridades, preocuparse de que los hospitales dispongan de los equipos y de las medicinas necesarios para atender a los enfermos.

Del comportamiento de la población, porque puede tener serias consecuencias para ella, y de las acciones que ordenen las autoridades locales y nacionales, depende lo que ocurra en las próximas semanas. La salud preventiva es la mejor defensa; hay que trabajar en ella.