La aparición conjunta de Marcela Aguiñaga y Lourdes Tibán en Guayaquil para impulsar la nueva mancomunidad de prefecturas terminó desatando un enfrentamiento político en redes. Todo comenzó cuando Rafael Correa, desde su cuenta en X, anunció que será “el primero en oponerse” a la reelección de Aguiñaga, cuestionando la reunión entre ambas autoridades.

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Tibán respondió desde la misma plataforma con un mensaje directo que rápidamente ganó fuerza.

“Mi solidaridad con Marcela Aguiñaga. Es difícil para algunos políticos frustrados entender que las mujeres que ejercen un cargo deben tomar decisiones sin consultar a patrones tóxicos. Yo no vine a Guayaquil a contentar al prófugo, vine a trabajar por la nueva mancomunidad”, escribió en X.

La mancomunidad en medio del fuego cruzado

El encuentro en Guayaquil buscaba consolidar un bloque de siete prefecturas de Costa y Sierra para coordinar obras viales, proyectos productivos y articulación territorial. La imagen de dos lideresas de movimientos distintos trabajando juntas fue bien recibida en algunos sectores, pero los señalamientos de Correa alteraron el clima político del día.

Tibán insistió, también en X, en que la cooperación territorial debe estar por encima de cualquier lógica partidaria.

Un dardo más desde Guayaquil

Poco después, la prefecta de Cotopaxi publicó un segundo mensaje en X, esta vez con ironía. “Increíble, vengo a Guayaquil y se armó el despelote. Muchos felicitaron ver a dos mujeres de distintos movimientos unidas en la mancomunidad de siete prefectos, pero a unos cuantos les dio diarrea. Y eso que no me encontré con Nebot. Tampoco me vi con Martha Roldós”.

El comentario reforzó su postura de no aceptar presiones externas ni lecturas forzadas sobre su agenda territorial.

Las fracturas dentro del correísmo

El pronunciamiento de Correa, publicado en X, reactivó las tensiones que ya vienen marcando a su organización. La figura de Aguiñaga —una de las autoridades más visibles en la Costa— quedó nuevamente en el centro de una discusión sobre autonomía, alianzas técnicas y disciplina partidaria.

Tibán dejó claro que su trabajo en Guayaquil fue estrictamente técnico y que su coordinación con otras prefecturas no depende de “banderas políticas” ni tutelas. Su frase —“patrón tóxico”— quedó instalada como uno de los mensajes más explícitos en este episodio.

Mientras la mancomunidad avanza, la disputa entre los liderazgos nacionales y territoriales promete abrir nuevos capítulos dentro del mapa político de la Costa y la Sierra.

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