Hace cinco años y siete meses, Aracely Mite sufrió una tragedia: el tercero de sus cuatro hijos, Raúl Bravo Mite, murió en un accidente de tránsito mientras conducía un bus interprovincial. Fue impactado por otro vehículo.

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La señora, quien el 14 de diciembre cumplirá 80 años, aún no se ha recuperado del todo de esa pérdida y ahora enfrenta un dolor parecido. Esta vez, el segundo de sus hijos, Wellington Máximo Benítez Mite, fue alcanzado por un pedazo de metal durante la explosión de un coche bomba colocado frente a un edificio en la avenida Joaquín Orrantia, en el norte de Guayaquil. Ocurrió la noche del martes 14 de octubre.

“Mi mamá está convaleciente tras una caída. Ahora recibe esta trágica noticia. Hay momentos en los que no acepta lo sucedido, por eso la tenemos medicada, para que se mantenga tranquila. Ella veía a su hijo todos los días. Era el único de sus hijos que vivía con ella. No se dormía si no lo veía llegar”, contó Christian Bravo, el menor de los hijos de Aracely.

Wellington vivía en el piso alto de la vivienda, con su esposa, su hija y dos sobrinas de su esposa que había adoptado tras la muerte de sus padres. Cada mañana se levantaba a las 05:00, llevaba a su hija a la universidad y, antes de salir al trabajo, desayunaba con su madre. Por la noche también merendaba con ella.

“Mi madre, quien tuvo cuatro hijos, enfrenta ahora la pérdida del segundo de ellos, después de haber sufrido la muerte de Raúl en marzo de 2020, justo antes de la pandemia”, recordó Christian mientras observaba a su progenitora, quien no deja de mirar las fotografías de Wellington: una al lado de su ataúd y otra colocada junto a la ventana donde lo esperaba hasta que llegara.

Imágenes en redes sociales

Christian pidió respeto por la memoria de su hermano, luego de que en redes sociales se difundieran imágenes de un hombre grabando con un celular la explosión de la camioneta utilizada en el atentado.

“Paren con el linchamiento y los comentarios crueles e indolentes. La persona que aparece en los videos no es mi hermano. Sabemos que él era taxista y que, debido a la detonación, sufrió daños en los oídos y recibió atención médica. Mi hermano estaba afuera del Mall del Sol, en el área donde se estacionan los taxis, esperando pasajeros junto al carro que alquilaba para trabajar”, manifestó Christian.

Producto de la explosión, Wellington fue impactado en el rostro, sufrió la fractura de su cráneo y cortes en el cuello, perdió un ojo y parte de la dentadura. Los restos de Wellington, quien el próximo 12 de febrero cumpliría 55 años, son velados en la casa de su madre, ubicada en las calles 12 y Alcedo, en el suroeste de Guayaquil. (AEB)

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