El suplicio de Camila duró 10 días con la persona que, al principio, se presentó como un amoroso novio y que la mantuvo secuestrada. Su caso fue descubierto al interior de un hostal del norte de Quito, luego de que la madre de la víctima denunció su rapto.

EXTRA accedió al parte policial de esta historia que empezó el 7 de noviembre en Medellín, Colombia, cuando Camila decidió viajar a Ecuador con su pareja, identificado como Jeremy (ecuatoriano), a quien había conocido hace apenas un mes.

Ambos se alojaron inicialmente en un hotel cerca de la terminal de Carcelén, norte de Quito, pero pocos días después la situación se tornó violenta. La joven contó que su pareja, sin razón alguna, le quitó los documentos, la amenazó con matarla, descuartizarla y le dijo que tenía “mucho poder en Ecuador”, por lo que cualquier intento de pedir ayuda sería inútil.

Las agresiones físicas comenzaron el 13 de noviembre, cuando, según el testimonio de la víctima, Jeremy la golpeó, la tomó del cabello y la amenazó con que “hombres llegarían para matarla” si intentaba huir. También controlaba sus llamadas, supervisaba cada movimiento y la obligaba a permanecer dentro de otro hostal al que se habían cambiado, ubicado en La Concepción, también en el norte.

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El suplicio que sufrió la joven colombiana en Quito

La joven solo salía acompañada de él para comer una o dos veces al día. El 15 de noviembre logró comunicarse secretamente con su madre y le pidió ayuda. La mujer acudió al Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal (Gaula) de Medellín y desde allá se coordinó el aviso inmediato a la Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase) en Ecuador.

La madre logró obtener la ubicación del hostal donde su hija permanecía encerrada. Con esta información, agentes de la Unase y del Servicio Urbano se movilizaron a La Concepción, en el sector de la avenida de la Prensa. A las 16:40 ingresaron a la habitación 18, donde encontraron a la joven angustiada, quien relató que seguía retenida contra su voluntad (ver infografía).

Tras la detención, Camila presentó su denuncia formal ante Fiscalía y pidió ser trasladada al aeropuerto Mariscal Sucre para regresar de inmediato a Colombia, temiendo por su seguridad y para olvidar este episodio traumático.

Pero la decisión que se tomó en la audiencia tuvo un sabor agridulce, pues el sujeto recibió medidas sustitutivas a la prisión preventiva por el delito de secuestro. Deberá ir cada semana a Fiscalía para la indagación.

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