La tarde del 29 de septiembre despidieron a Diego Mosquera Macías, comisario municipal de Vinces (Los Ríos), quien recibió un disparo en la cabeza la tarde del 27 de septiembre, mientras estaba en el sepelio de su tío, en París Chiquito.

Lo ‘lámpara’ del momento fue el ritual. Un arsenal de armas de corto y largo alcance fue colocado uno a uno sobre el vidrio del ataúd amarillo, pintado en este color por el equipo de sus amores, Barcelona.

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Asimismo, algunos de sus panas, al salir de la iglesia San Lorenzo hicieron ‘rugir’ sus motos, como parte del homenaje.

De camino al camposanto un letrero lideraba el recorrido, en el que se leía “Sayonara, Diego” (adiós, en japonés), frase de despedida del judo, deporte que practicaba el occiso, quien posterior al ataque fue trasladado a una casa de salud en Guayaquil, donde murió.

Dentro del grupo de acompañantes que fueron hasta su tumba, uno de ellos disparó al aire por cuatro ocasiones, mientras que de fondo se escuchaba música nostálgica, un corrido. 

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