En medio del dolor y la incertidumbre, las familias de los obreros municipales de Valencia, provincia de Los Ríos, que están desaparecidos desde hace ocho días, claman por respuestas claras y acciones concretas de las autoridades. Al mismo tiempo, elevan oraciones al Todopoderoso y se aferran a la esperanza de que aún estén con vida.

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Los trabajadores José Caluña (secretario general del Sindicato de Obreros), Wilson Murillo (jurídico), Jofre Chichanda (de Finanzas), Cristhian Rendón (secretario de Organización y Estadística) y Manuel Cedeño (secretario de Deportes) desaparecieron en circunstancias aún no esclarecidas.

Wilson Murillo, padre de uno de ellos, dijo que el jueves de la semana anterior, en horas de la madrugada, su hijo y cuatro compañeros de trabajo se dirigieron a Guayaquil para una capacitación laboral. Después tenían una reunión con un abogado hasta las 14:30, según detalló.

Posteriormente, explicaron los familiares, los compañeros habrían decidido ir a Puerto López, en Manabí, para ver el partido de Barcelona contra Liga de Quito, y luego tenían previsto regresar. A eso de las 20:15 ya no se supo de ellos.

El carro estaba completo

Los trabajadores se movilizaban en un vehículo alquilado, cuya dueña se alarmó porque, a través del sistema de rastreo satelital, detectó que el carro llevaba varias horas estacionado cerca de Puerto Cayo.

En Manabí, el dueño del terreno donde dejaron el vehículo avisó a las autoridades de esta novedad. El automotor estaba a unos 16 minutos de la carretera principal, en una guardarraya. Estaba completo, incluso tenía sus llaves.

“Encontramos las carpetas, la licencia y algunas pertenencias, pero nadie ha visto nada, solo desaparecieron”, declaró Wilson Murillo.

Además, denunció que hubo personas que quisieron aprovecharse de la situación y pidieron diez mil dólares para proporcionar información acerca del paradero de los obreros.

Una mujer se unió al grupo

El jefe de la Policía de la subzona Los Ríos, Washington Chugá, indicó que una mujer, Yolanda Narcisa Cevallos, conocida en Valencia como Colorada, se sumó al grupo.

Ella tenía amistad con uno de los obreros y habría abordado el carro en la parroquia San Camilo, de Quevedo. Por ella también habrían pedido recompensa, explicó el oficial. La familia de la mujer también se ha sumado a la búsqueda. Los allegados denunciaron la desaparición ante la Fiscalía en Manabí.

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