Pese a la lluvia que cayó durante la tarde del sábado, el Desfile del Orgullo LGBTI se desarrolló con entusiasmo en la ciudad de Loja. Miembros de la comunidad, junto a simpatizantes y defensores de derechos humanos, recorrieron las principales calles del centro con coloridos atuendos, banderas y pancartas que pedían respeto, igualdad y acceso a oportunidades laborales dignas.

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Vestidos con trajes de lentejuelas, coronas, capas y accesorios brillantes, los participantes avanzaron entre aplausos, música y consignas. Aunque el clima no fue favorable, la jornada transcurrió sin interrupciones, dejando en claro que la lucha por los derechos de la diversidad no se detiene ni con lluvia.

Franchesca Jara, una de las representantes visibles de la comunidad GLBTI en Loja, ofreció declaraciones durante el desfile. “Aún seguimos siendo discriminados y muchas veces se nos niega un trabajo estable. No pedimos favores, pedimos oportunidades. El Estado debe garantizar condiciones dignas para todas las personas, sin importar su identidad o su orientación sexual”, expresó.

La activista también destacó que, si bien en los últimos años se han logrado avances importantes, como el reconocimiento del matrimonio igualitario y cambios en la cédula de identidad, todavía persisten los prejuicios, sobre todo en el ámbito laboral y educativo. “Las leyes nos respaldan, pero en la práctica todavía hay mucho machismo e ignorancia”, dijo.

Más visibilidad, menos discriminación

Durante el recorrido, se vieron carteles con mensajes como “Amar no es delito”, “Ser diferente no es un error” y “Más oportunidades, menos discriminación”. El desfile no solo fue una expresión festiva, sino también un acto de protesta pacífica para visibilizar los desafíos que enfrenta la comunidad.

El evento fue acompañado por varios colectivos ciudadanos, artistas locales y familias que acudieron para mostrar su apoyo. Aunque no se contó con presencia de autoridades municipales en el trayecto, algunos funcionarios expresaron su respaldo a través de redes sociales.

Al finalizar la marcha, los asistentes se reunieron en una plaza céntrica donde realizaron una intervención artística y dedicaron un minuto de silencio en memoria de las personas de la comunidad que han sido víctimas de violencia o discriminación.

El Desfile del Orgullo en Loja, que se realiza cada año, se ha consolidado como un espacio de visibilidad, lucha y celebración para una comunidad que aún enfrenta muchas barreras, pero que continúa avanzando con firmeza.

Para sus organizadores, la lluvia fue solo una prueba más de resistencia. Y como cada junio, la ciudad se vistió de arcoíris para recordar que la diversidad no es una moda, sino un derecho.

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