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¿Qué está pasando en Manabí? Militar y su bebé asesinados en plena vía
Un militar en servicio activo y su hija de apenas un año fueron asesinados en Crucita, Portoviejo. La familia fue emboscada según las versiones
La violencia sigue cobrando vidas en Manabí, una provincia que vive bajo amenaza constante. Esta vez, un crimen estremecedor ha sacudido a la comunidad: un militar en servicio activo y su hija de tan solo un año fueron asesinados en Portoviejo, mientras que un menor de siete años resultó gravemente herido. La escena, marcada por la brutalidad, deja otra herida abierta en una tierra golpeada por el crimen organizado.
(Lea también: Nueva ola de violencia en Portoviejo deja cinco víctimas en menos de seis horas)
El ataque ocurrió la tarde del jueves 24 de julio, en el sector Las Gilces de la parroquia Crucita. Cristhian Márquez Mero, militar en servicio activo, viajaba en un vehículo junto a su esposa —quien conducía—, su hija adolescente, su bebé de un año y un niño de crianza de siete años. Márquez iba en la parte trasera con los dos menores; sostenía en brazos a su hija.
La familia se dirigía a comprar pescado en Crucita, con la intención de volver pronto para celebrar el cumpleaños de la madre del uniformado. Pero, a escasos 10 minutos del destino, la tragedia los alcanzó.
A la altura de la calle Los Almendros, muy cerca del sector La Boca, el auto fue interceptado por hombres fuertemente armados. Según los primeros indicios, uno de los atacantes se aproximó al vehículo y exigió que Márquez bajara. El militar descendió con la bebé en brazos, pero uno de los sicarios, al parecer convencido de que intentaría defenderse o sacar un arma, disparó. El proyectil impactó directamente a la menor.
Desesperado, Márquez trató de huir hacia la zona boscosa, pero fue alcanzado por una ráfaga de disparos, la mayoría dirigidos a su cabeza. Murió en el acto. Los atacantes huyeron sin dejar rastro.
La bebé fue trasladada de urgencia al hospital de Rocafuerte, pero llegó sin signos vitales. El niño de siete años también fue herido; fue operado en otra casa de salud y permanece bajo observación.

Este doble crimen ha generado una ola de indignación, miedo y dolor en Portoviejo. Hasta el momento, ni la Policía Nacional ni las Fuerzas Armadas han emitido un pronunciamiento oficial. No se descarta que se trate de una represalia por parte de grupos criminales, en un contexto en el que el Estado ha intensificado sus operativos en Manabí, particularmente en Manta y Portoviejo, territorios en disputa entre bandas como Los Lobos y Los Choneros.
Uniformados en la mira del crimen
Este no es un caso aislado. Con el asesinato de Cristhian Márquez, ya son cuatro los miembros de las fuerzas del orden ejecutados en Manabí en los últimos 25 días, lo que confirma una ofensiva directa contra quienes portan uniforme.
El primero de estos crímenes ocurrió el 29 de junio en el cantón Bolívar. Anderson Javier Álvarez Beltrán, de 33 años, fue hallado sin vida dentro de su vehículo en el barrio Las Mercedes de Calceta. Había sido recientemente trasladado desde el Distrito Pichincha a Guayaquil.
El 2 de julio, el cabo primero Cristhian Paul Chávez Caballero fue asesinado mientras conducía su motocicleta en la vía Portoviejo–Montecristi. Era miembro de la Policía Judicial de Manta y se dirigía a una rutina de entrenamiento físico cuando fue emboscado por sujetos armados a bordo de una camioneta.

El tercer caso ocurrió la noche del 17 de julio, cuando el policía Jorge Eduardo Oleas Quinto fue asesinado en el barrio Circunvalación de Manta. Minutos antes había participado en un operativo tras dos ataques armados que dejaron seis muertos en la parroquia Leónidas Proaño de Montecristi.
Sobre esta serie de asesinatos, el comandante de la Zona 4 de la Policía Nacional, Geovanny Naranjo, confirmó que la reciente ola de violencia está relacionada con la lucha territorial entre organizaciones delictivas. “Hemos recibido alertas de inteligencia sobre posibles amenazas contra nuestro personal que combate a estos grupos”, declaró.
Estos hechos han encendido las alarmas en la ciudadanía, que exige mayor protección para los servidores del orden, convertidos en blancos de una violencia cada vez más despiadada.
Un jueves sangriento en Portoviejo
El crimen del militar y su hija fue uno de los cuatro asesinatos registrados en Portoviejo ese mismo jueves 24 de julio. La jornada estuvo marcada por la violencia.
Horas antes, Gustavo Párraga fue asesinado mientras trabajaba en una picantería ubicada en la subida al colegio 12 de Marzo, sobre la vía Portoviejo–Crucita. Ese mismo día, otras dos personas fueron ejecutadas frente a una gasolinera en la vía Portoviejo–Manta.
Estos hechos evidencian una preocupante escalada delictiva en la capital manabita, donde los crímenes violentos se han vuelto parte de la cotidianidad. Mientras las autoridades aún guardan silencio, la población se sume en el temor y la incertidumbre.
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