La búsqueda de Julio Alexander Gaibor Garófalo, agente de la Unidad Nacional de Investigación Antisecuestros y Extorsión (Unase), tuvo un desenlace trágico. El joven, de 24 años, estaba desaparecido desde el 21 de junio de 2025

Tras 22 días de incertidumbre, la Policía del Distrito Playas confirmó que el cuerpo en descomposición hallado, el sábado 12 de julio de 2025, en un terreno de difícil acceso, dentro de la urbanización El Triángulo, en el cantón Playas, provincia Guayas, corresponde al compañero que buscaban.

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En la entidad se informó que las investigaciones se manejan con reserva, pero continúan con las diligencias para esclarecer este hecho que enluta a la institución policial y determinar responsabilidades.

Se pudo conocer que una de las líneas de investigación apunta a que una Persona Privada de la Libertad (PPL) estaría implicada en la desaparición del policía, quien fue visto por última vez la noche del viernes 20 de junio de 2025, cuando salió a merendar.

El cuerpo fue localizado tras una intensa búsqueda del personal del Grupo de Operaciones Motorizadas (GOM) y la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida (DINASED), con el respaldo de otras fuerzas tácticas.

La víctima tenía las manos atadas y junto a los restos, agentes de Criminalística encontraron una vaina percutida, indicio que apuntar a que al agente le arrebataron la vida de forma violenta.

El dolor de los padres del agente

En Calumna, provincia de Bolívar, Julio Gaibor y Gladys Garófalo, padres del joven policía, en medio de oraciones, fotos y recuerdos se aferraban a la fe con la esperanza de volver a abrazarlo. “No podemos aceptar que ya no esté”, decía la mama, pero el sábado el milagro que esperaban se desvaneció.

Un día antes del doloroso hallazgo, don Julio y doña Gladys contaron a EXTRA cómo la vida les cambió de manera abrupta luego que el 21 de junio pasado, les confirmaran que su hijo mayor había desaparecido.

Desde entonces, la pareja vivió entre Playas, donde ocurrió el misterioso hecho, y su comunidad natal, en Caluma, a donde regresan brevemente, solo para “recibir energías” y respirar ese aire que guarda los ecos de la vida tranquila que antes llevaban.

Don Julio recordó que el día anterior de la desaparición, su hijo se había comunicado con ellos. Les dijo que estaba bien. La madre abrazaba cada recuerdo y foto de su hijo, y susurraba: “Te amo, mi vida”.

Desde la desaparición del agente, los Gaibor Garófalo habían recorrido calles, barrios peligrosos de Playas, acompañados por policías, militares y vecinos. Colocaron carteles con la foto de su hijo en postes y paredes, implorando ayuda ciudadana para dar con el paradero de su hijo.

El padre del agente es docente y se ausentó varias veces del aula. Ha dejado reemplazos, ha pedido días, por buscar a su hijo. Penosamente, el agente fue encontrado sin vida y su dolor se agudizó.

Tras el hallazgo del cuerpo exigen respuestas. La familia pide que se esclarezca todo. Que su muerte no quede impune.

¿Quién era el agente desaparecido?

Julio Alexander Gaibor Garófalo, de 24 años de edad, inició su carrera en el área preventiva y luego se unió a la Unidad Nacional de Antisecuestros y Extorsión (UNASE). Desde pequeño quiso ser policía; deseaba ayudar y servir.

Era un amante del deporte: jugaba fútbol, vóley y ajedrez. En la comunidad rural donde nació y creció, a unos diez minutos de Caluma, era muy querido. Muchas personas lo recuerdan por su sonrisa abierta y su carácter servicial. Había terminado su curso para ser ascendido a cabo.

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