La ciudad de Manta, en la provincia de Manabí, se encuentra sumida en el dolor y la incertidumbre tras el asesinato de Valeria Tello, una joven de apenas 17 años, quien fue brutalmente asesinada junto a su tío en el acceso a la playa La Tiñosa. El crimen, que ha generado conmoción y misterio, ha dejado a la comunidad manabita en estado de shock. Nadie comprende cómo una vida tan prometedora pudo apagarse de forma tan violenta.

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Valeria no era una joven común. Era conocida por su alegría, carisma y talento. En enero de este año se graduó con honores en la Unidad Educativa Toalí, donde además fue abanderada, un reconocimiento reservado para los estudiantes más destacados. Durante la ceremonia de graduación, también demostró su pasión por la música, una de sus grandes vocaciones, interpretando con una voz admirable y única la canción Agonía, de la cantante mexicana Yuridia.

Ese momento, grabado por sus compañeros, fue compartido en redes sociales y se ha convertido en un recuerdo imborrable para quienes hoy lamentan su pérdida.

A través de su voz, Valeria conquistaba escenarios escolares y eventos culturales de la ciudad. Su talento vocal no solo emocionaba, sino que reflejaba su sensibilidad artística y su enorme potencial.

Quería ser odontóloga 

El lunes 28 de abril Valeria había asistido a su primer día de clases en la facultad de Odontología. Otro de sus sueños era convertirse en profesional de esta rama de la salud. Sin embargo, su ilusión fue truncada de forma repentina y trágica. “Solo pudo ir un día al lugar donde soñaba formarse como odontóloga”, escribió su madre, Daylin Cisneros, en una emotiva carta de despedida.

Quienes conocieron a Valeria la recuerdan como una joven multifacética, propositiva, llena de energía y con una sonrisa que iluminaba a quienes la rodeaban. Su partida ha dejado un vacío profundo en su familia, sus amigos y toda una comunidad que aún se pregunta por qué alguien con tanto por ofrecer tuvo un final tan injusto.

Mientras las autoridades continúan investigando este crimen que ha estremecido a Manabí, familiares y allegados claman justicia y mantienen viva la memoria de Valeria, una joven que representaba esperanza, talento y un futuro brillante que fue apagado demasiado pronto.

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