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Tragedia geológica en Cube: Comunidad entre grietas y desesperación
Por unas grandes grietas en el suelo se han secado las fuentes de agua y 18 familias están sin hogar y en la incertidumbre
En el corazón de la parroquia Cube, lo que antes era una sinfonía de sonidos naturales se ha transformado en un silencio perturbador. Donde antes se escuchaba el fluir del agua y el canto de las aves, hoy hay quietud. La tierra se ha abierto, partiendo casas, secando pozos, borrando del mapa humedales y dejando a 18 familias en incertidumbre.
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El fenómeno comenzó como un crujido lejano que apenas se sentía bajo los pies. Pero el miércoles 16 de abril de 2025, el suelo rompió su silencio. Una falla geológica emergió en el recinto 27 de Junio, en la conocida ‘Y de la Laguna’.
El agua desaparece
María Mendoza aún no puede comprender lo que sucede. Mira en el pozo del que extraía agua y solo ve una hendidura oscura que parece tragarse la luz. “Esto era vida”, dice mientras toca la reja oxidada de lo que fue su piscina de tilapias. El agua simplemente se evaporó.
La escena se repite a lo largo del camino que atraviesa la comunidad. Los pozos, que por generaciones surtieron de agua a las familias, están secos y el río Herrera, del que dependía buena parte del ecosistema local, se extinguió.

Una herida en la tierra
Las viviendas cuentan otra parte de la historia. Los pisos ceden y las paredes muestran fisuras alarmantes. Señalando lo que queda de su sala José Chamorro afirma que están en una situación crítica. “Aquí sembrábamos plátano, yuca... Vivíamos de esto. Si no se actúa rápido, podríamos perder todo lo que hemos trabajado”, asegura con resignación.
Las lluvias, que solían ser una bendición, aceleraron el desastre. Saturaron el suelo y revelaron la fragilidad de la tierra.

Los técnicos de la Unidad de Gestión de Riesgos del Municipio de Quinindé llegaron con medidores, drones y mapas topográficos. Maykelt Avellán García, el jefe de la unidad, explica que están frente a un fenómeno geológico inusual. “Hemos detectado una activación de una falla geológica, posiblemente asociada a un sistema de fracturas más amplio que recorre esta región entre Esmeraldas y Manabí”, detalla.
“La infiltración de agua por lluvias intensas podría haber desestabilizado los estratos de suelo, provocando subsidencias y pérdida de masa subterránea”, señala.
Afectaciones en otras zonas
Los técnicos mencionan que en sectores como La Juanita, en la zona de El Mirador, se han registrado fenómenos similares en años anteriores, pero nunca con esta magnitud.
El Municipio de Quinindé y el Cuerpo de Bomberos se han comprometido a mantener vigilancia constante, aunque las soluciones concretas parecen tan evasivas como las grietas que ahora segmentan Cube.
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