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Bomberos llegaron a realizar las labores de búsqueda.ALEJANDRO GILER

Lluvias en Ecuador: Deslizamiento de tierra cobra la vida de una familia

El desastre se produjo en la madrugada y los afectados dormían

Para Cristhian Vinces, el sueño se convirtió en pesadilla. La madrugada de este lunes 17 de febrero de 2025, un estruendo rompió el silencio y, con él, llegó la tragedia. La muerte tocó a su puerta y se llevó a su hermano William, su cuñada y sus dos sobrinas.

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Eran las 01:45. En Portoviejo, provincia de Manabí, una intensa lluvia azotaba la ciudad. La fuerza del agua hizo que parte de una colina cediera, desatando una avalancha de lodo que arrastró árboles y rocas a su paso.

El deslave derribó parte de una pared de la vivienda de la familia, justamente donde descansaban William Vinces Zambrano (33 años), su conviviente Kathy Marcillo (30) y sus niñas, una de 4 años y la otra de apenas 6 meses de nacida.

Quedaron sepultados

Cristhian estuvo a cuatro metros de terminar bajo tierra. Tras escuchar el golpe y ver que el lodo cubría la habitación de su hermano, él corrió despavorido, gritando con desesperación: “¡mi ñaño, ayuda, quedó bajo el lodo!”, golpeando puertas y despertando a los vecinos, en busca de auxilio.

Diana Plaza, quien vive frente al domicilio de la tragedia, fue la primera en acudir junto a su esposo. Tumbaron las puertas para ingresar. “Estaba lloviendo desde las 23:00 muy fuerte. Cuando Cristhian corría y golpeaba las puertas, pensamos que había sido víctima de un robo. Nunca imaginamos lo que en realidad pasaba. Él nos decía que un rayo había caído”, relató Diana.

Dentro de la casa, la escena era desgarradora. La habitación estaba cubierta de lodo. Los primeros cuerpos fueron recuperados rápidamente: los de William, su esposa y la hija mayor. El momento más difícil llegó después. Los bomberos de Portoviejo encontraron a la niña de seis meses atrapada bajo una litera, aplastada.

Eran comerciantes

William Vinces y su esposa trabajaban en un puesto de legumbres en el mercado central de Portoviejo. Todos los días salían temprano y dejaban a sus niñas al cuidado de una empleada. Desde hace dos años alquilaban la casa donde una avalancha de tierra les arrebató la vida.

Ahora, Cristhian, el único sobreviviente, no solo enfrenta el peso del dolor, sino también el de la incertidumbre. Perdió a su hermano, a su familia y quizás también la fuerza para seguir adelante. “Cristhian se salvó porque estaba en otra habitación. Por muy poco no lo alcanzó el lodo. Ojalá lo ayuden, está muy afectado”, expresó con tristeza Diana Plaza.

La mañana de este lunes 17 de febrero, la desolación cubría la ciudadela Fátima. Vecinos y allegados sacaban lo poco que quedaba: un televisor y algunos juguetes de las niñas.

Para René Briones, uno de los habitantes más antiguos del sector, la tragedia era predecible. “Esto pudo haberse evitado. La zona ya había sido notificada como de alta vulnerabilidad. Aquí ya han ocurrido derrumbes, pero anteriormente no hubo muertes”, lamentó.

El director de Gestión de Riesgos del Municipio de Portoviejo, Roberto Briones, confirmó que en la zona hay 15 familias viviendo en espacios de riesgo. “Es una zona declarada en peligro desde hace años. Lamentablemente, los fallecidos eran arrendatarios. Nuestro equipo técnico va a evaluar, pero nos preocupa que ocurran nuevos deslizamientos”, dijo.

Un informe del cabildo del año pasado ya alertaba sobre la situación: dos casas colapsadas, 11 viviendas con afectaciones parciales y 83 expuestas. De ellas, 23 en peligro inminente.

Al menor 200 familias quedaron afectadas como consecuencia de las lluvias.Luis Cheme

En Esmeraldas, río Tigre se desbordó e inundó centenares de casas

Ana Guerrero es una de las afectadas tras las intensas lluvias que han azotado la provincia de Esmeraldas. Esta madre de cinco menores de edad se vio obligada a abandonar su hogar, en el barrio 18 de Febrero, del cantón Atacames, donde arrendaba.

La mañana del domingo, ella despertó con el sonido de la lluvia torrencial. En cuestión de minutos su hogar se inundó, llegando el agua a un metro de altura aproximadamente.

“Tuve que cargar en hombros mi cocina, colchones y otras pertenencias, porque el agua subía rápidamente”, relató Ana entre lágrimas. “Aquí no se puede vivir ya, me toca salir. No tengo dónde ir, estoy buscando un lugar donde pueda quedarme”.

Las lluvias desbordaron el río Tigre e inundaron barrios como Nuevo Amanecer y del Pacífico, causando serias dificultades para los habitantes. Las calles y viviendas están anegadas; mientras que ciertas escuelas, como la Unidad Educativa Balneario de Súa, han reportado daños significativos debido a la acumulación de agua en sus exteriores. Los vecinos temen que esta situación propicie la propagación de enfermedades vectoriales.

Residentes de unos ocho barrios pasaron apuros por el agua que les ingresó a las casas.Luis Cheme

Carlos Martínez es otro afectado por las lluvias. Este hombre de 52 años, residente del barrio del Pacífico, se encontraba en su casa cuando el agua comenzó a entrar. “Pensé que podría controlarlo, pero fue imposible”, admitió Carlos mientras observaba cómo sus muebles flotaban. “He perdido todo, mis herramientas de trabajo... no sé cómo voy a salir de esto”.

Su angustia se suma a la de otros damnificados. Según datos del departamento de Riesgos del Municipio de Atacames, en este cantón se contabilizan al menos 200 familias afectadas por las inundaciones en ocho barrios. Además, seis unidades educativas de Atacames y Súa y un centro de salud han quedado inundados.

La comunidad se ha unido para ayudar. “Pedimos a las autoridades que vengan y nos ayuden. No solo necesitamos comida, sino también un lugar seguro donde vivir”, añadió Carlos.

En la isla Muisne, la situación no es menos preocupante. Aunque hasta el momento no se han reportado daños materiales significativos, las lluvias torrenciales y las tormentas eléctricas han mantenido a la población en alerta.

“La lluvia ha sido tan fuerte que no hemos podido salir a trabajar”, dijo Javier López, pescador local. El ECU-911 de Esmeraldas monitoreaba la situación de cerca. Mientras tanto, las autoridades locales han comenzado a activar mesas de trabajo y a conformar equipos interinstitucionales para abordar las emergencias.

Parte del daño en el sector del mirador de la parroquia Anconcito.JOFFRE LINO

En Salinas, la parroquia Anconcito fue declarada en emergencia

La parroquia Anconcito, del cantón Salinas, en Santa Elena, fue declarada en emergencia a causa del derrumbe de un tramo en el área del mirador, producido debido a un torrencial aguacero de la semana pasada. Funcionarios informaron a los moradores sobre las medidas adoptadas.

Los sectores El Mirador, Paseo de las Fragatas, la escuela César Rohon Sandoval, la vía hacia el puerto pesquero y los barrios 9 de Octubre y Las Peñas presentan desde hace varios años un riesgo de deslizamiento de tierra. Con la llegada del invierno, la situación se ha agravado, provocando la formación de socavones y grietas.

Actualmente, el tránsito vehicular ha sido prohibido en la zona céntrica de Anconcito, considerada la más peligrosa. Lo mismo ocurre con la vía que conduce al embarque de pescados, donde se ha habilitado una ruta alterna para el traslado de los productos del mar. “Tememos que el cerro se derrumbe y cause una terrible tragedia”, comentó preocupado el pescador Juan Vera.

El prefecto de Santa Elena, José Daniel Villao, quien también preside el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de la provincia, informó que, en conjunto con las autoridades nacionales, se acordó gestionar fondos para ejecutar la primera etapa del proyecto de estabilización de acantilados.

Riesgo en vía al santuario

La vía que conduce al santuario Blanca Estrella de la Mar, en Olón, también se ha visto afectada. “El socavón sigue en aumento, especialmente en el tramo que sube al santuario desde el sector de Montañita”, precisó Magali Sesme, rectora de la Unidad Educativa Santa María del Fiat, ubicada frente a dicha casa de oración.

Las autoridades del plantel han alertado a organismos competentes sobre el peligro. Con las recientes lluvias, el problema se ha agravado.

El aumento del caudal del río Vinces inundó varios sectores en el cantón Salitre.EDGAR ROMERO

En Salitre hay varios sectores inundados

El torrencial aguacero que cayó la madrugada de este lunes 17 de febrero, sobre la población del cantón Salitre, conocido como Capital Montubia del Ecuador, mantiene inundadas más de tres calles en este cantón del Guayas.

Carmen Franco, propietaria de un local comercial en el sector La Bocana, manifestó que la fuerte lluvia de la mañana provocó la entrada de agua a los negocios, mojando el 70% de los productos de primera necesidad que comercializa.

"Son más de cinco locales a los que el agua ha ingresado. La pérdida en productos de primera necesidad y electrodomésticos asciende a más de mil dólares", detalló la comerciante, de 50 años.

Por su parte, el alcalde Milton Moreno Pérez y las autoridades de la Unidad de Gestión de Riesgo del cabildo local monitoreaban los recintos ubicados a la orilla del río Vinces.

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