Exclusivo
Provincias

La reactivación del recorrido en tren a la Nariz del Diablo reactiva comunidades en Alausí.Patricia Oleas / EXTRA

Turismo Alusí: Comunidades se reactivan por reapertura de tren a la Nariz del Diablo

Cada fin de semana, decenas de turistas buscan vivir la experiencia del zigzag más famoso del mundo

El regreso del tren por la ruta de la Nariz del Diablo no solo ha reactivado un ícono ferroviario del país, sino que también ha devuelto la vida a los emprendimientos comunitarios. En Alausí, provincia de Chimborazo, y sus alrededores, el sonido del silbato vuelve a ser sinónimo de movimiento, visitantes y nuevas oportunidades.

(Te invitamos a leer: 'Jugaditas' que permitieron desangrar al IESS: Así se entregaron millones de dólares)

La estación principal recibe cada fin de semana a decenas de turistas que buscan vivir la experiencia del zigzag más famoso del mundo. Artesanos, pequeños cafés y puestos de comida han vuelto a abrir sus puertas. Pero es en Tolte, en la parroquia Pistishi, donde la reactivación es más visible. Su mirador, con una vista privilegiada de la ruta, se ha convertido en una parada obligada para quienes suben al tren y para aquellos que, sin alcanzar un boleto, desean verlo deslizarse por la montaña.

Allí, 50 comuneros trabajan en diferentes actividades, desde la atención en el comedor y venta de productos locales hasta la guía de visitantes. Con el apoyo de la ONG Makita, han mejorado su infraestructura y consolidado un modelo de turismo comunitario que combina cultura, gastronomía y naturaleza.

Desde este punto, se observa cómo el tren avanza en zigzag por la roca casi vertical que le dio su nombre a la Nariz del Diablo. Un grupo de danza local recibe a los visitantes con música y trajes tradicionales, enmarcados por un mural que retrata la historia ferroviaria.

Un grupo de danza local recibe a los visitantes con sus bailes.Patricia Oleas

Sendero hacia el cañón del río

Para los que buscan más que una foto, un sendero con gradas conduce a un punto más bajo desde el cual se aprecia la magnitud de la obra y el cañón del río Chanchán.

Para unos visitantes, el viaje en tren es memoria viva, marcada por el sacrificio de quienes construyeron el ferrocarril a inicios del siglo XX.

Narcisa Sauce, administradora del centro, invita a conocer la finca comunal: “Aquí hay frutas de todo tipo, producción lechera, cría de cuyes y cerdos, cabalgatas y rutas ciclistas. Queremos que la gente nos ayude a mantener viva esta comunidad”. Hoy, gracias al tren, comunidades como Tolte vuelven a moverse.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!