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Quito

Minnie busca en esta actividad una alternativa ante la falta de empleo.GUSTAVO GUAMAN

Entre abrazos y operativos: la dura Navidad detrás de los disfrazados, en Quito

Disfrazarse es su trabajo y diciembre su mejor temporada, pero no todo es color y alegría. Los muñecos cuentan lo bueno y malo de su labor

Durante la Navidad, el Centro Histórico de Quito se convierte en una vitrina en la que se exponen prendas de vestir con la imagen de caricaturas o personajes emblemáticos de estas festividades, como el Grinch y Papá Noel.

Sin embargo, en algunas calles del casco colonial, varios protagonistas de cómics cobran vida para dar más emoción a los paseos familiares de los turistas y quiteños. Por la calle García Moreno, cerca del Palacio de Carondelet, una ratoncita de 1,65 metros con traje navideño saluda alegremente a los visitantes que caminan por el lugar.

Una historia conmovedora

Se trata de Minnie Mouse, un personaje de dibujos animados creado por Walt Disney. Es conocida por su dulce carácter, sus grandes moños y sus vestidos de lunares. Pero en esta ocasión ha cambiado su usual traje para ponerse en modo navideña con una falda verde y un vestido rojo.

Durante estas fechas, la seguridad del Palacio de Carondelet se redobla, dada la presencia de miles de transeúntes.GUSTAVO GUAMAN

Debajo del disfraz de esta carismática roedora de felpa está Andrea Cadena, una joven emprendedora que, ante la falta de empleo, tuvo la idea de disfrazarse de estos muñecos animados junto a su esposo.

Ella cuenta que el traje lo adquirió en el extranjero a 200 dólares. Eligió a Minnie porque, según ella, es un personaje conocido por varias generaciones y que genera recuerdos nostálgicos. Más aún en fiestas navideñas.

La pareja ofrece sus servicios desde las 11:00 hasta las 19:00 en la Plaza Grande. Las ganancias son destinadas para los estudios de sus tres hijas.

Lo malo y lo buen de este trabajo

Andrea admite que es un trabajo sacrificado, pero que también tiene sus recompensas. Lo bueno para ella es sacar una sonrisa a los niños y a sus padres. Comenta que en ocasiones hay adultos que la abrazan con fuerza y le dicen que se sienten como infantes.

El ‘Iron Man Chulla’ cuenta que siempre tiene problemas con agentes metropolitanos que no le permiten trabajar.GUSTAVO GUAMAN

Lo malo para Andrea son los operativos sorpresa que llevan a cabo los agentes metropolitanos, quienes no les permiten realizar esta actividad económica. “Tenemos que sacarnos la cabeza del disfraz y correr para que no nos quiten el sustento diario”, revela.

Belén Gudiño se acerca con su hijo de dos años y su esposo a pedirle una foto a Minnie. El pequeño parece tener miedo y quiere llorar, pero la ratoncita le sorprende con la pregunta: “¿Ya comiste la sopa?”, lo que deja pasmado al niño.

Un pasatiempo que da dinero

Cerca de la roedora carismática aparece el ‘Iron Man Chulla’, quien posa para EXTRA y los curiosos. Se trata de Paúl Bustillos, un quiteño que llega desde Calderón a la Plaza Grande para, según él, “alegrar la vida de los visitantes”.

Desde hace un año trabaja con este y otros personajes. En ocasiones se transforma en Batman y en otras se disfraza del Depredador. Más que un trabajo, Paúl mira esta actividad como un pasatiempo que le da dinero, y aprovecha las fiestas navideñas para ‘camellar’ el doble.

Comerciantes ofrecen sus productos en las calles de la capital.GUSTAVO GUAMAN

El ‘superhéroe de plástico’ asegura que en lo que va de diciembre, algunas personas le han confesado que esta Navidad no será igual que las anteriores, por los diversos hechos que marcaron conflictos sociales, como el paro nacional o el referéndum.

“Yo me encargo de quitarles la mala vibra, para que regresen con una sonrisa a sus casas y puedan permanecer en paz en esta Navidad”.

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