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Quito

Masacre en Quito hoy: ¿Quiénes son las tres víctimas en un local de Nueva Aurora?
Según las primeras indagaciones, entre los asesinados están el propietario del local de comidas. Le contamos más sobre los tres acribillados
Un ataque armado ocurrido la noche del 15 de diciembre de 2025 dejó tres personas muertas dentro de un local de parrilladas, en las calles General Julio Andrade y Enrique Duchicela, en el sector de Nueva Aurora, sur de Quito. El hecho se produjo cerca de las 21:00, cuando vecinos escucharon disparos provenientes del interior del establecimiento.
Al llegar al lugar, se confirmó que en la cocina del local yacían los cuerpos de tres hombres: Raúl Amadeo Merelo Vera (de 53 años y propietario del local), Patricio Molina Tomalá (56) y Darwin Javier Maquilón Plúa (39).
Según la información recopilada, cuatro criminales llegaron en dos motocicletas haciéndose pasar por repartidores de comida, quienes fueron captados en las imágenes de las cámaras y testimonios de quienes pudieron verlos.
Los tipos entraron y, sin sacarse los cascos rojos que llevaban puestos, dispararon contra las víctimas. Luego de eso, abandonaron rápidamente el lugar con dirección hacia el oriente, por la calle Julio Andrade.
Una mujer, quien se identificó ante los investigadores como pareja sentimental de Merelo y cajera del establecimiento, relató que mantenían una relación desde hacía unos seis meses. Describió a Merelo como una persona reservada, que solía manejar con discreción su teléfono celular y borraba con frecuencia sus conversaciones.
A pesar de eso, no le comentó sobre alguna amenaza que hubiera tenido. Tampoco le habló sobre temas de extorsiones al local. Según ella, los otros dos hombres fallecidos trabajaban como cocinero y mesero, añadiendo que ambos consumían, presuntamente, drogas. La testigo indicó que habían sido contratados en el negocio desde octubre.
Una escena de terror en Nueva Aurora

La mujer afirmó que en ocasiones le expresó a Merelo su preocupación y le pidió que los despidiera, por temor a que ocurriera algo grave, pero él siempre se negó, asegurando que no existía ningún riesgo. Por último, confirmó que él guardaba un arma de fuego en la caja registradora del establecimiento.
Por su parte, la hija de la víctima y también propietaria del negocio de parrilladas, relató que alrededor de las 21:20 recibió una llamada de uno de los empleados, quien le informó que dos sujetos encapuchados habían ingresado al local y disparado, y que su progenitor había muerto.
De inmediato se trasladó hasta el lugar y, al llegar, encontró a su padre tendido en el piso. La fémina también confirmó lo que dijo la pareja de Merelo: que no había recibido posibles amenazas o intentos de extorsión contra su familia o el negocio.
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Dentro del local se observó un escenario de violencia extrema. Molina Tomalá tenía impactos de bala en un hombro, el tórax, el abdomen, un muslo y la espalda. Merelo Vera tenía heridas en la cabeza, el rostro, la espalda y las piernas, además de golpes superficiales. Y Maquilón Plúa registraba múltiples impactos en el cuello, el tórax y la espalda.
En el lugar se hallaron numerosos restos relacionados con el ataque. Entre ellos había 15 vainas de munición calibre 9 milímetros, proyectiles deformados y otros elementos asociados a armas de fuego.
También se halló un equipo de grabación de video del sistema de seguridad del local, un teléfono celular y prendas de vestir pertenecientes a las víctimas, todas con daños visibles provocados por los disparos. Sobre el mesón de cerámica de la cocina se levantaron rastros de huellas, que fueron registrados como parte de las investigaciones.
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