La bienvenida que debía ser una fiesta terminó convertida en una escena de horror. Un ciudadano regresó a Ecuador el 14 de febrero de 2025, tras pasar dos años en Estados Unidos, y apenas un día después mató a su cónyuge en el departamento donde vivían con sus dos hijos. El hecho ocurrió en Quito.

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Según Fiscalía, la mujer de 33 años de edad le organizó una reunión familiar para celebrar su retorno. Todo era alegría, pero la madrugada se volvió pesadilla. El hombre intentó mantener relaciones sexuales con ella y, ante la negativa, la acusó de infidelidad, tomó un cuchillo y la atacó sin piedad.

Los gritos despertaron a toda la casa. La tía de la víctima abrió la puerta de la cocina y vio al sujeto armado con el puñal, junto al cuerpo ensangrentado de la mujer. El acusado incluso quiso herir al hijo menor, de apenas siete años, quien trató de proteger a su mamá.

El hermano de la víctima logró desarmarlo, pero ya era tarde: los paramédicos confirmaron la muerte de la mujer en el sitio.

Fiscalía lo hundió con pruebas

En el juicio, la Fiscal del caso presentó testimonios anticipados de los hijos, además de los relatos de la tía y el hermano de la víctima. Una perita en enfoque de género confirmó que el crimen ocurrió en un contexto claro de violencia, y que la mujer sufría dependencia emocional y el síndrome de la mujer maltratada.

El Tribunal aceptó todas las pruebas y dictó la pena máxima de 26 años, contemplada en el Código Orgánico Integral Penal (COIP). La decisión se basó en varias agravantes establecidas en el artículo 142 del Código.

¿Qué dice la ley sobre el delito de femicidio?

El femicidio está tipificado en el artículo 141 del COIP, el cual especifica que “la persona que, como resultado de relaciones de poder manifestadas en cualquier tipo de violencia, dé muerte a una mujer por el hecho de serlo o por su condición de género, será sancionada con pena privativa de libertad de veintidós a veintiséis años”.

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