El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, anunció que la compañía prepara un dispositivo de inteligencia artificial que considera tan disruptivo como lo fue el iPhone en su momento. El proyecto se desarrolla con Jony Ive, legendario diseñador de Apple, reconocido por su filosofía de simplicidad. Altman aseguró que las primeras versiones del aparato ya están construidas y que su lanzamiento ocurriría en el corto plazo.

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Durante el Demo Day de Emerson Collective, el ejecutivo explicó que el objetivo del producto es apartarse del modelo dominante de los dispositivos electrónicos actuales, saturados de estímulos y notificaciones. Sin nombre definitivo por ahora, la propuesta apunta a una experiencia radicalmente diferente, al punto de que Altman lo describió como un “anti-iPhone”. 

Un dispositivo sin pantalla y centrado en el contexto

La compañía aclaró que el producto no busca encajar en categorías conocidas como smartphones, lentes inteligentes o altavoces. Se trata de un dispositivo discreto y sin pantalla, diseñado para acompañar al usuario de forma natural. Gracias a sensores que captan voz y contexto, funcionará como un asistente capaz de intervenir cuando sea necesario, sin competir por la atención del usuario.

Altman explicó que el dispositivo estará diseñado para captar lo que ocurre alrededor del usuario y decidir cuándo intervenir. “Con el tiempo, se gana la confianza del usuario y logra una conciencia contextual increíble de toda su vida”, señaló. Esta aproximación busca que la IA filtre información, reduzca ruido y sepa cuándo hablar y cuándo guardar silencio.

La visión de Jony Ive: diseño táctil, simple y emocional

La participación de Jony Ive refuerza la apuesta por un objeto cotidiano, atractivo y simple. El diseñador, responsable de íconos como el iPhone y el iPod, expresó que busca soluciones que, por su sencillez, puedan parecer “casi ingenuas”, pero que en realidad encierran una profunda sofisticación conceptual. Para Ive, el reto es crear un dispositivo que el usuario desee tocar y mantener cerca.

Ese enfoque quedó reflejado en una de las anécdotas que compartió Altman: hubo prototipos que no le generaban nada hasta que vio uno que lo sorprendió por completo. “Sentí que quería tomar y darle un mordisco”, contó. Esa reacción sintetiza la filosofía estética que Ive ha defendido durante décadas: un gran diseño se reconoce por la atracción inmediata que provoca.

Una experiencia opuesta al caos del smartphone

Altman fue crítico con el estado actual de la tecnología. Comparó el uso de los dispositivos modernos con “caminar por Times Square en Nueva York”, lleno de “pequeñas molestias y luces intermitentes” que crean una experiencia “inquietante”. Frente a eso, el nuevo producto de OpenAI propone un uso calmado y natural, sin interrupciones constantes.

Según Altman, la experiencia ideal debería sentirse como “estar en la cabaña más hermosa junto a un lago y en las montañas, simplemente disfrutando de la paz y la calma”. Esta comparación define la esencia del proyecto: un dispositivo que prioriza la tranquilidad por encima de la sobrecarga visual que domina al mercado actual.

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