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Evite robo de datos: ¿Qué tan seguras son las redes de Wi-Fi en centros comerciales?
Las conexiones abiertas ofrecen comodidad, pero también vulnerabilidades. Descubre cómo reducir los riesgos
Usar el Wi-Fi de un centro comercial suele ser la alternativa más práctica cuando necesitas conexión rápida. Pero esa misma facilidad esconde amenazas que muchos usuarios desconocen. Al tratarse de redes abiertas, cualquier descuido puede exponer tus datos y permitir que terceros accedan a tu información, desde claves hasta archivos personales.
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En lugares concurridos como centros comerciales, donde cientos de personas se conectan a la misma red, los ataques se vuelven más frecuentes. Una conexión descuidada puede bastar para que extraños accedan sin autorización a cuentas bancarias, perfiles en redes sociales e incluso archivos privados. Por eso, entender cómo operan estos riesgos es clave para mantenerse protegido.
Cómo operan los ciberdelincuentes en redes públicas
Las redes de Wi-Fi gratuitas suelen carecer de protocolos de autenticación fuertes, lo que facilita el trabajo de los atacantes. Uno de los métodos más comunes es el ataque de “hombre en el medio”, en el que un hacker intercepta la comunicación entre el usuario y el punto de acceso. Al colocarse de manera invisible entre ambos, puede ver todo el tráfico que pasa por la red, incluyendo contraseñas, correos electrónicos y datos bancarios.
Otro riesgo habitual es la creación de redes falsas o “evil twin”, diseñadas para imitar el nombre del establecimiento. Los usuarios, sin darse cuenta, se conectan a estas redes clonadas creyendo que son legítimas. Una vez dentro, los atacantes pueden monitorear cada clic, registrar credenciales o incluso instalar programas maliciosos en el dispositivo.
Redes gratuitas: prácticas útiles pero con un costo oculto

La proliferación de puntos Wi-Fi públicos ha facilitado el trabajo remoto y el acceso inmediato a internet, pero esta comodidad tiene un precio.
Las redes abiertas permiten que múltiples dispositivos se conecten sin filtros, lo que ofrece a los hackers un escenario ideal para interceptar información o infiltrarse en equipos desprotegidos. Cuando un usuario envía correos, inicia sesión o comparte documentos desde una red insegura, sin saberlo abre una puerta para posibles ataques.
Incluso cuando no se realiza ninguna actividad sensible, un dispositivo conectado a una red abierta puede ser vulnerable. Si el usuario mantiene habilitada la opción de uso compartido de archivos o tiene software desactualizado, los atacantes pueden aprovechar estas brechas para introducir malware.
Cómo protegerse al usar Wi-Fi en centros comerciales
Una de las medidas más efectivas es utilizar una VPN (red privada virtual). Esta herramienta cifra los datos que viajan entre el dispositivo y el servidor, dificultando que un atacante pueda leer la información, incluso si logra interceptarla. Debido a que la mayoría de los delincuentes buscan objetivos fáciles, suelen descartar datos cifrados que requieren un proceso complejo de descifrado.
Otra práctica recomendada es activar únicamente conexiones que utilicen HTTPS, ya que este protocolo incorpora una capa adicional de protección. Aunque no reemplaza a una VPN, sí disminuye el riesgo de que la información viaje en texto plano y pueda ser interceptada por terceros.
También es fundamental desactivar el uso compartido de archivos y seleccionar la opción de red “pública” en el sistema operativo. Estas medidas impiden que otros dispositivos conectados tengan acceso al equipo y reducen la probabilidad de intrusiones no autorizadas.
Además, es aconsejable apagar el Wi-Fi cuando no se está utilizando, ya que incluso la simple búsqueda automática de redes puede transmitir información que algunos hackers saben aprovechar. Esta medida no solo mejora la seguridad, sino que también prolonga la duración de la batería.
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