La inteligencia artificial dejó de ser una promesa futurista y se convirtió en un motor de cambio que está reconfigurando industrias en todo el planeta. El reporte “The State of AI in 2025”, elaborado por QuantumBlack (AI by McKinsey), confirma la magnitud de esta transformación: el 88% de las organizaciones globales ya utiliza IA de forma regular, un salto significativo frente al 78% registrado apenas un año antes.

Esta adopción acelerada evidencia el ritmo de la revolución digital, aunque también revela brechas importantes. Dos tercios de las empresas siguen en etapas piloto o de experimentación y solo un tercio ha logrado escalar proyectos de IA al nivel corporativo. Las compañías de gran tamaño lideran este avance: cerca del 50% de aquellas que superan los 5.000 millones de dólares en ingresos ya operan en fases avanzadas, frente al 29% entre firmas más pequeñas.

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Uno de los cambios más disruptivos llega con los agentes inteligentes, sistemas capaces de tomar decisiones complejas y ejecutar tareas que antes requerían intervención humana. Seis de cada diez organizaciones están probando estas herramientas, pero menos del 10% las ha implementado a gran escala en áreas como tecnología, soporte interno o gestión del conocimiento.

¿Cuáles son los beneficios de la IA?

Los beneficios, según las empresas que han logrado avanzar, son claros. Dos terceras partes reportan que la IA ha impulsado la innovación en sus operaciones, mientras alrededor del 50% señala mejoras paralelas en los ingresos y en la satisfacción del cliente. Sectores como tecnología, telecomunicaciones, seguros y salud encabezan esta transición y están acelerando modelos cada vez más digitales, automatizados y basados en datos.

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Pero el impulso tecnológico también genera tensiones. El impacto en el empleo es una de las principales: el 32% de organizaciones prevé reducir personal por automatización durante los próximos doce meses, mientras que apenas el 13% anticipa un crecimiento moderado de perfiles altamente especializados, como ingenieros y científicos de datos.

¿Hay riesgos con la IA?

En este escenario, los riesgos vinculados a la IA también ganan terreno. En promedio, cada empresa pasó de intentar mitigar dos a cuatro riesgos relacionados con precisión de modelos, regulación, seguridad y privacidad, reflejando una mayor preocupación por el uso responsable de estas tecnologías.

Aunque el informe no analiza directamente a Ecuador, sus conclusiones envían un mensaje claro para los líderes del país. Sectores locales como telecomunicaciones, banca, retail y salud tienen un alto potencial para adoptar soluciones inteligentes y acelerar su transformación digital. A escala nacional, pilotos empresariales, programas universitarios y esfuerzos públicos comienzan a abrir camino hacia un ecosistema más conectado con las tendencias globales.

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