La amenaza de bomba suscitada la tarde de este miércoles 9 de julio contra el restaurante Rukito, en el Urdesa, al norte de Guayaquil, generó terror en los negocios y clientes del sector, quienes tuvieron que ser evacuados y las calles aledañas cerradas hasta que la Policía actuó, realizando una detonación controlada del paquete sospechoso.

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La tensión del incidente se prolongó por cerca de dos horas, tiempo que los empleados de los negocios de la zona observaron de lejos cómo los artificieros del escuadrón antiexplosivos aislaban la mochila color café abandonada en el local, la colocaban dentro de una llanta y la hacían detonar.

Al final se trató de una falsa alarma, pues en el interior del bolso no habían materiales explosivos ni nada que implicara algún tipo de riesgo para el negocio o los clientes.

¿Qué había dentro de la mochila abandonada en el restaurante Rukito de Urdesa?

Una fuente policial presente durante el procedimiento aclaró que “la maleta estaba llena con fundas plásticas”, por lo que nunca existió riesgos para la ciudadanía. El oficial añadió que la mochila fue dejada en el sitio por una persona que ingresó al restaurante como cliente y no que esta fue lanzada contra la fachada del local, como ha circulado en redes sociales.

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“Vieron la mochila en el suelo, preguntaron de quién era y como nadie respondió nos llamaron como precaución, ya que hay nervios por lo ocurrido días atrás”, dijo el uniformado, en referencia al atentado contra Julio Chang, propietario del negocio, quien el 5 de julio vivió un incidente en su vivienda, en el sector de Lomas de Urdesa, en el cual antisociales intentaron ingresar a su domicilio cuando ingresaba su vehículo al garaje.

El gendarme indicó que genera sospechas las intenciones de la persona que dejó el bolso en el sitio. “Si la intención era atentar o amedrentar lo lógico era que dejaran algún panfleto o amenaza, pero no hubo nada de eso. Esto pudo ser obra una persona malintencionada porque ¿Quién lleva una maleta llena de fundas plásticas?”.

Horas después de la alerta de explosivos, Chang utilizó sus redes sociales para indicar que no pensaba dejar su negocio o abandonar el país. “Es como que deje botado a mi hijo. Está metida toda mi vida en este negocio. Prefiero morirme. Voy a seguir trabajando”, escribió.

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