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Los militares reforzaron la frontera norte tras la matanza de Alto Punino, Orellana.Cortesía

Operativos contra Comandos de la Frontera cobran fuerza en Orellana y Sucumbíos

La reciente detención de dos tipos en Shushufindi revela la expansión agresiva de este grupo criminal que mató a 11 soldados

Las provincias consideradas como centros estratégicos del grupo criminal colombiano Comandos de la Frontera (CDF) son ahora el blanco de operaciones militares ecuatorianas. Se trata de Sucumbíos y Orellana, donde las Fuerzas Armadas han realizado, durante 11 días, una intensa arremetida en contra de estos disidentes dedicados, entre otros delitos, a la minería ilegal. Esto tras la masacre de 11 soldados en Alto Punino, zona orellanense, el 9 de mayo.

Este 20 de mayo se hizo una importante detención de dos sujetos ligados a CDF, en Shushufindi, cantón perteneciente a Sucumbíos. Según el Ejército, ambos individuos están implicados en cinco muertes violentas, por lo que serán indagados tanto por estos crímenes como por su participación dentro de las filas del grupo subversivo.

Las operaciones contra Comandos de Frontera

Antes de esta captura, el Ejército reportó que las acciones se desplegaron en sectores estratégicos como Punino, Puerto Madero, La Bonita, La Troncal, Cascales, San Salvador y Loreto, donde se realizaron reconocimientos ofensivos y controles tácticos en áreas identificadas como de alta presencia de extracción ilegal de recursos naturales.

Durante los operativos destruyeron siete viviendas presuntamente utilizadas por mineros ilegales en Alto Punino, considerada como la ‘zona cero’ (sector Loreto-Verde Sumaco), y se decomisaron dos carabinas. En el mismo sector se detectó un campamento clandestino construido con madera y zinc, en el que se hallaron municiones de fogueo calibres 16 y 12, combustible y diversas herramientas.

En Punino (San Marcos), los militares incautaron dos retroexcavadoras y dos clasificadoras de material pétreo, mientras que en el suroeste del mismo sector se decomisaron dos dragas y dos bombas de agua, comúnmente utilizadas en minería aluvial ilegal. Aparte de eso, en San José de Guayusa se retuvo una motocicleta vinculada a actividades sospechosas.

El repliegue de Comandos de Frontera

Los soldados destruyeron inmuebles de mineros ilegales.Cortesía

Ana Minga, analista de seguridad, considera que con estos ataques, es probable que los CDF se replieguen y entren a una etapa conocida como de ‘enfriamiento’. “Dependerá de cuánto estén perdiendo en dinero. En esa zona es muy probable que no volverán a ubicarse, pero tocará analizar a dónde podrían ir”, plantea.

Para Minga, posiblemente estos criminales pueden hacer hasta estudios para reubicarse en otras áreas mineras. “Lo más probable es que se sintieron acorralados y atacaron a los militares (9 de mayo). Pero esa emboscada, para ellos, no fue un buen negocio”. La especialista estima que los cabecillas deben estar sumamente molestos por la pérdida de su financiamiento.

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