Una tragedia enluta a una familia guayaquileña. La tarde del domingo 20 de julio, el pequeño Andrew Ezequiel, de apenas cinco años, fue asesinado mientras jugaba en el portal de la casa de sus familiares, en el suburbio de Guayaquil.

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Según testigos, el menor fue alcanzado por una bala perdida que tenía como objetivo a otro ciudadano. El disparo le impactó en la espalda y le causó la muerte de forma instantánea, ante la mirada atónita de sus familiares y vecinos.

La abuela paterna de Andrew relató que el niño había salido a jugar, como solía hacerlo, sin imaginar que sería víctima de un ataque armado perpetrado por un adolescente.

“Este sujeto disparó al menos cinco veces. El blanco era otro joven que resultó herido. El sicario vive a la vuelta de la casa. La gente intentó lincharlo, se salvó de milagro”, contó la mujer, profundamente afectada por la pérdida.

El presunto autor del crimen, un joven de 17 años, fue retenido por moradores y posteriormente entregado a la Policía. Sin embargo, los familiares temen que recupere la libertad en poco tiempo debido a su condición de menor de edad.

“Lo mataron como a un perro, y ahora dicen que como es menor no puede ir preso. ¿Y mi nieto? ¡Tenía solo cinco años!”, reclamó entre lágrimas uno de sus familiares.

Vecinos del sector exigen justicia y mayor presencia policial, pues aseguran que los tiroteos se han vuelto frecuentes. “Aquí todos los días se escuchan balaceras. Vivimos con miedo. Esta vez fue un niño inocente, mañana puede ser otro”, expresó un morador.

La Policía Nacional investiga el caso y no descarta que el ataque esté vinculado con enfrentamientos entre bandas delictivas que operan en el sector. Andrew, lamentablemente, se convirtió en una víctima colateral de esta violencia.

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