La otorrinolaringología es la rama de la medicina que se encarga de diagnosticar y tratar enfermedades del oído, la nariz y la garganta. Estas tres áreas del cuerpo están íntimamente conectadas, y su correcto funcionamiento es esencial para actividades básicas como oír, respirar, hablar, dormir o tragar.

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Muchas veces, los problemas en estas zonas se manifiestan a través de molestias leves y persistentes que las personas tienden a normalizar. Sin embargo, cuando estos síntomas se repiten o no mejoran, pueden estar indicando un trastorno subyacente que, si no se trata a tiempo, puede evolucionar en una patología más grave.

La otorrinolaringología preventiva propone justamente eso: prestar atención a las señales tempranas del cuerpo y realizar chequeos regulares con el especialista para evitar complicaciones a futuro.

A continuación, te compartimos cinco señales de alerta que no deben pasarse por alto:

1. Zumbidos persistentes en los oídos (acúfenos o tinnitus): El zumbido en uno o ambos oídos es una molestia frecuente, especialmente en personas mayores o expuestas a ruidos fuertes. Aunque a veces desaparece solo, si persiste puede ser un síntoma de pérdida auditiva, hipertensión, trastornos neurológicos o incluso tumores benignos como el neurinoma del acústico. Un estudio auditivo temprano puede descartar causas graves y ofrecer soluciones antes de que el daño auditivo avance.
2. Dolor de oído repetido o constante: El dolor de oído puede tener múltiples orígenes: infecciones, acumulación de cera, otitis media, inflamación crónica o incluso problemas en la mandíbula. Cuando el dolor es frecuente o se acompaña de fiebre, secreción o pérdida de audición, es fundamental acudir al especialista. El diagnóstico oportuno puede prevenir infecciones severas o complicaciones como la perforación del tímpano.
3. Congestión nasal crónica o dificultad para respirar por la nariz: Respirar mal por la nariz no debería ser un estado permanente. Si la congestión nasal es constante, podría estar causada por una rinitis alérgica, desviación del tabique nasal, sinusitis crónica o la presencia de pólipos nasales. Estas condiciones no solo afectan la calidad del sueño, sino que también pueden derivar en infecciones recurrentes o dolores de cabeza. La evaluación con un otorrino permite conocer la causa exacta y tratarla adecuadamente.
4. Ronquidos intensos o pausas respiratorias al dormir: Roncar ocasionalmente es común, pero cuando los ronquidos son fuertes, diarios y se acompañan de pausas respiratorias (apnea del sueño), somnolencia diurna o cansancio extremo, puede tratarse de una condición seria que requiere atención. La apnea obstructiva del sueño se asocia a riesgos cardiovasculares, hipertensión, obesidad y deterioro cognitivo. El tratamiento puede incluir desde cambios en los hábitos del sueño hasta intervenciones médicas específicas.
5. Irritación o dolor de garganta frecuentes: Las molestias recurrentes en la garganta, como ardor, dolor al tragar o carraspeo constante, no siempre se deben a una infección pasajera. En muchos casos, pueden ser causadas por reflujo gastroesofágico, tabaquismo, abuso vocal o infecciones crónicas. Una garganta constantemente inflamada también puede ser un síntoma temprano de enfermedades más serias, por lo que una revisión otorrinolaringológica puede ser clave para prevenir daños.

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¿Por qué es importante una revisión otorrinolaringológica?

Una consulta con el especialista permite no solo tratar los síntomas actuales, sino también detectar condiciones subyacentes antes de que se agraven. Con herramientas como la endoscopía nasal, audiometrías y estudios del sueño, el otorrino puede ofrecer un diagnóstico preciso y un tratamiento personalizado.

Además, en niños y adultos mayores —dos grupos especialmente sensibles a los trastornos de oído, nariz y garganta— el control preventivo puede evitar complicaciones como infecciones recurrentes, pérdida auditiva o dificultades del habla.

Según la OMS, se estima que para 2050, aproximadamente 2.500 millones de personas tendrán algún grado de pérdida auditiva, y al menos 700 millones necesitarán servicios de rehabilitación. La detección temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales para prevenir complicaciones mayores. La organización recomienda la implementación de programas de tamizaje auditivo en diferentes grupos de edad, incluyendo recién nacidos, niños en edad escolar y personas mayores, así como en aquellos expuestos a factores de riesgo como ruidos fuertes o sustancias ototóxicas

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