Ángel Aníbal Maldonado Bravo, de 40 años, estaba desvelado tras cumplir otro turno nocturno como guía penitenciario, en el Centro de Rehabilitación Social de Mujeres de Esmeraldas, una rutina que cumplía desde hacía años. Eran las 07:13 de este lunes 24 de noviembre de 2025 cuando emprendió el camino a casa, él fue asesinado.

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El hombre se subió a su vehículo rojo. Iba agotado, con el uniforme aún impregnado del olor a encierro, pensando en descansar. Al avanzar por el barrio Santas Vainas, a una cuadra del centro penitenciario donde había terminado su turno, dos ocupantes en una motocicleta negra se acercaron por el flanco izquierdo. 

Después, el estruendo seco de varios disparos consecutivos. Testigos narraron que ni siquiera hubo intercambio de palabras. Cuatro balazos perforaron la carrocería del automóvil de Maldonado, quien quedó inmóvil al volante.

Nada pudieron hacer por salvar a víctima

Minutos después, la alerta llegó a la Policía. Ya en el sitio, los agentes vieron que el hombre yacía sin signos vitales y aún sujeto por el cinturón de seguridad, mostraba el rastro de la violencia extrema.  Paramédicos acudieron para verificar su condición, pero ya no había nada que hacer.

El supervisor del personal de Agentes de Seguridad Penitenciaria, Romel Granado, confirmó a los agentes que Maldonado acababa de salir de su turno.

El asesinato de Maldonado se suma a una serie de ataques mortales contra el personal penitenciario en 2025. Con él, ya son 17 guías asesinados en lo que va del año, superando los 14 casos registrados el año pasado, según Wilman Alarcón, presidente de la Asociación de Agentes Penitenciarios.

Este crimen se comete cuatro días después del ataque a balas contra la guía Katya Villareal Macías, el jueves 20 de noviembre, cuando se movilizaba en su motocicleta por la vía Carlos Concha Torres.

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