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La entrevista con la que se hizo viral en redes sociales aún está colgada en distintas plataformas digitales.Alex Lima y captura de pantalla

¿Amén o no amén? La frase viral que llevó a Jessica Escudero a la televisión

La comerciante asegura que no lo hace por ‘joda’, sino porque es su manera de afirmar. Vende jugos y predica la Palabra de Dios en el Mall del Piso

Si pregunta por Jessica Escudero entre los comerciantes del mercado San Vicente Paúl, el popular Mall del Piso, en el suroeste de Guayaquil, tal vez no obtenga respuesta inmediata sobre su ubicación. Pero si lo hace por la señora “¿Amén o no amén?”, de una le indican con precisión dónde ubica a diario su negocio. Allí, mientras gana el sustento para su familia, predica con convicción sobre Dios.

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En la calle C, entre la 24 y la 20, Jessica, de 52 años, es la más conocida. No hace falta tener la vista afinada para reconocerla: basta con escuchar hacia dónde se dirigen los saludos y las preguntas sobre cómo se encuentra.

¿Qué hace que Jessica sea querida en los alrededores de la 24 y la C?

“Aquí se atiende a todos por igual, pero siempre con amabilidad. Probablemente esa sea la razón”, menciona la comerciante, quien desde hace 20 años profesa la fe cristiana evangélica. Así justifica su relación cercana con sus ‘vecinos’ de negocio, clientes y amigos.

Jessica es una mujer segura, pero, según dice, ora cada vez que debe tomar una decisión. El encuentro con EXTRA no fue la excepción: se puso en manos de Dios durante aproximadamente dos minutos antes de conversar.

“Discúlpeme un ratito, yo tengo que pedirle dirección a Dios para que Él ponga palabras en mi boca”, explicó. No se retiró a sus aposentos, como dice la Biblia, sino que se giró, alzó su brazo derecho al cielo, cerró los ojos e inclinó levemente la cabeza. Entre sus frases, resaltaba su constante petición de “guía” para saber qué decir y qué es mejor omitir.

Ella y su familia subsisten gracias a la venta de jugo de naranja y plátano verde.Alex Lima

Y aunque de fondo sonaba ‘Mi corazón’, de Los Melódicos, desde el parlante de otro comerciante, y más ruidos se colaban en el ambiente, no era difícil escuchar lo que ella pronunciaba en su momento de reflexión. Su oración concluyó y, entre risas, aseguró estar lista para cualquier “batalla”.

“Así mismo oré el día que José Delgado (periodista) me vino a entrevistar sobre el encarecimiento del verde, y algunos le huían, pero yo decía: ‘no hay razón’. Tampoco es que me moría de ganas de salir en televisión”, recordó sonriente.

Sus familiares la vieron en televisión y la identificaron rápidamente. Luego de la transmisión del episodio, la llamaron para conversar sobre aquello. Familia sorprendida

Según Jessica, contestó con total autenticidad. No exageró, solo fue fiel a su creencia: Dios. Yo digo que no fui yo la que me hice famosa, sino Dios, porque fue de su Palabra de la que hablé”, expresó.

Amén o no amén en acción: Oró antes de la entrevista

Aunque en esa entrevista, que además de transmitirse por televisión ha ganado muchas vistas en redes sociales, parece ‘repelar’ al reportero y da la impresión de tener un carácter fuerte, en realidad es una mujer alegre y dulce.

“Hermana, ¿amén o no amén?”, le preguntan cada cinco minutos, y ella responde con tranquilidad: “¡Amén, varón! ¡Gloria a Dios!”. No se cansa; contesta con paciencia. 

Las manos de Jessica no paran. Recoge naranjas de su cerca de alambre, las lava, corta y exprime. Así hasta completar un litro de jugo, porción que vende a un dólar. “Esta es mi manera de generar dinero para mantener a mis tres hijos”, dijo.

Justamente la primera de sus tres retoños, su hija de 20 años, es el ‘génesis’ de su “nueva vida” predicando a Dios. “Ella se llama Génesis porque yo le prometí a Dios que si me permitía estar con ella, yo iba a dedicarla a Él y a ponerle ese nombre”, confesó.

Durante el parto de su primogénita, sufrió complicaciones de salud. Según recuerda, pasó 12 horas en coma, lo que la llevó a convertirse al cristianismo. Jessica se lleva tan bien con los otros vendedores que algunos la interrumpen para contar que su parasol, con el que se protege del sol, está dañado, al igual que su exprimidor, y que “si es voluntad de alguien” le regalen uno nuevo. Ella, por su parte, prefiere no pedir, pues menciona: “Dios conoce mis necesidades”.

Y si aún se lo pregunta, sí: a todos los que se le acercan les lanza su icónica frase: “¿Amén o no amén?”. Y no lo hace en broma, sino como una afirmación. “Significa ‘que así sea’”.

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