El edificio de la Fiscalía General del Estado (FGE) en Quito fue el sitio de encuentro de las autoridades ecuatorianas con dos agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), quienes llegaron al país para indagar el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio.

El encuentro fue manejado con hermetismo. Solamente se conoce que se trata de un hombre y una mujer que colaborarán para resolver este crimen, ocurrido el pasado 9 de agosto en el norte de Quito, luego de un mitin encabezado por la víctima.

¿Pero qué papel juega el FBI en Ecuador? Carlos Alulema, general de la Policía en servicio pasivo y uno de los fundadores de la Dirección Nacional de Investigación de Delitos contra la Vida (Dinased), afirma que el accionar de los estadounidenses no será como en las películas.

“A esta altura ya está fijada la escena del crimen. Luego puede ser confrontada con versiones de testigos, detenidos, grabaciones, etc. El aporte que haría el FBI es validar que los procedimientos aplicados en nuestro país son los adecuados”, acota el especialista.

A este criterio se une Carlos Blanco, abogado y coronel policial en servicio pasivo, quien indica que el FBI estadounidense solamente apoyaría con asesorías. “Ellos no tienen capacidad legal para operar en nuestro territorio”.

Aunque sí es muy importante su presencia por peso, tanto político como tecnológico, lo que permitirá un respaldo durante la investigación, a decir de Blanco

Armas usadas

Y mientras se realizaba la coordinación entre la Fiscalía y los agentes del FBI, en la morgue también se hacían trámites con el cuerpo del implicado en el crimen de Villavicencio. Personal de una funeraria fue hasta el anfiteatro como representante legal para el traslado del cadáver de Jhojan Castillo López hacia Colombia.

Pero hasta el cierre de esta edición no se concretaba el proceso, ya que se requeriría de la presencia de un familiar del fallecido para avalar los trámites. Sin embargo, nadie ha reclamado al sujeto. Se tiene previsto llevarlo hasta Cali.

Castillo López fue el primero en ser detenido tras el crimen del candidato. Sin embargo, murió en la Unidad de Flagrancia, centro-norte de Quito, debido a la gravedad de las heridas que le provocaron los balazos cuando fue sometido por el equipo de seguridad del presidenciable.

Además de él, otros seis sujetos fueron aprehendidos y se hallaron armas de fuego. En una entrevista televisiva, Juan Zapata, ministro del Interior, dijo que una de estas fue usada no solo en el sicariato de Villavicencio, sino también en un doble asesinato dentro de una peluquería ocurrido el 21 de julio en Caupicho, sur de la ciudad.