Desde Latacunga hasta Valencia, en el Mediterráneo español, el talento del chef ecuatoriano Andrés Salas ha cruzado fronteras a golpe de sabor y creatividad. Su restaurante Los Chamacos, ubicado en Castellón de la Plana, se ha convertido en un referente de la cocina mexicana en España. 

En menos de cuatro años, este emprendimiento ha logrado lo que muchos sueñan: ser premiado tres veces consecutivas en una de las competencias gastronómicas más importantes del país ibérico.

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Andrés, de 30 años, y su equipo han revolucionado la escena culinaria con su dominio de los tacos mexicanos, que reinterpretan con técnicas contemporáneas y productos locales del Mediterráneo. Lo curioso es que no conoce México, “pero en octubre iré, porque estoy invitado a un evento culinario”, le comentó a EXTRA, con fuerte acento español, adquirido tras ocho años de vivir alejado del suelo patrio.

Sus logros más destacados en tres años consecutivos

• 2023 Primer lugar: El taco ganador fue una exquisita birria de cordero, inspirada en una receta tradicional de Jalisco, México. Luego de un intenso proceso de pruebas y perfeccionamiento, lograron impresionar al jurado nacional con su versión de este platillo icónico.

• 2024  Segundo lugar: Participaron con un taco de barbacoa de rabo de toro, una receta fusión que unió la técnica mexicana con un ingrediente típico de la gastronomía española. El primer lugar ese año lo obtuvo un restaurante madrileño llamado Valle Taco.

• 2025  Primer lugar (nuevamente): El 27 de junio, en la gran final realizada en Madrid y ante un jurado compuesto principalmente por chefs mexicanos, Los Chamacos volvió a coronarse campeones con un innovador taco de pescado zarandeado. Esta creación incluía una tortilla verde de algas y espinaca, lubina a la brasa con una salsa de 15 especias, guacamole, un pico de gallo con hinojo, piña asada y manzana, y una piel de pescado inflada que recordaba al tradicional chicharrón.

Un restaurante nacido de la pasión y la prueba constante

Lo más llamativo del éxito de Los Chamacos es que su cocina no nace de la experiencia directa en México, sino del estudio, la pasión y la perseverancia. Andrés Salas, quien se formó en gastronomía en España, nunca ha estado en México (aunque ya tiene prevista una visita en octubre para un evento gastronómico), pero ha aprendido de los mejores.

“Todo ha sido empírico, prueba y error. Hemos estudiado muchísimo, leído, probado en restaurantes y explorado técnicas con mis dos jefes de cocina, que también son ecuatorianos y grandes amigos míos desde hace años”, cuenta Andrés. Hoy, entre los tres, llevan adelante dos locales que elaboran absolutamente todo de forma artesanal, desde las tortillas hasta las salsas y los procesos de cocción.

En su carta netamente mexicana ofrecen once tipos de tacos y veinte platos diversos. Además de postres y entradas.

De Latacunga a Europa

Nacido en Latacunga, criado en Salcedo, el chef pertenece a una familia con vocación culinaria. Su padre, Jorge Salas, chef y fundador de la Host School, la primera escuela de gastronomía de Cotopaxi, fue su principal inspiración. Su madre también colabora en la escuela, y aunque sus dos hermanos no son cocineros de profesión, el ambiente familiar siempre estuvo ligado a la cocina.

A los 12 años, dice, “ya sabía que quería ser chef”. Luego de completar sus estudios en Ecuador, se trasladó a España hace ocho años para estudiar en la universidad de gastronomía. Desde entonces ha trabajado en restaurantes de alto nivel, como el del reconocido Martín Berasategui (dos estrellas Michelin) y en un tres estrellas en Italia.

Su carrera lo llevó a crear Los Chamacos, un proyecto nacido del deseo de compartir sabores del mundo y fusionarlos con identidad. Actualmente, vive y trabaja en la ciudad costera de Castellón de la Plana, una zona rica en pescados, mariscos y productos frescos, ideal para explorar nuevas creaciones culinarias.

Inspiración con sabor patrio

Aunque su cocina se ha centrado en la tradición mexicana, Andrés no olvida sus raíces ecuatorianas. De hecho, su último taco premiado —el de pescado zarandeado— nació en parte por su amor por el mar, influenciado por su familia materna oriunda de Manta, en la costa ecuatoriana.

“Me gusta mucho el mar, el producto del mar. Siempre me ha inspirado. Creo que Ecuador tiene un potencial enorme para crear algo diferente en gastronomía, y sí, me ilusiona la idea de abrir un local allá algún día”, revela. Incluso, durante la entrevista, surgió la idea de crear un taco que fusione los sabores de la costa ecuatoriana con la técnica mexicana.

Aunque aún no tiene planes concretos de regresar a Ecuador de forma definitiva, no descarta desarrollar un proyecto gastronómico en su país de origen. Mientras tanto, continuará deleitando paladares en España y representando con orgullo el talento ecuatoriano en el mundo.

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