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El sacerdote fue separado de su oficio pastoral mientras duren las investigaciones civiles y canónicas de la Iglesia.Joffre Lino

Conducta de curas pone en 'jaque' a la religión católica en Olón

La fe católica en la comuna de Olón, provincia de Santa Elena, se vio sacudida el viernes 15 de agosto, cuando un grupo de pobladores llegó hasta la vivienda de un sacerdote tras observar, presuntamente, que dos menores de edad se encontraban con él.

En videos difundidos en redes sociales se denunció que uno de los adolescentes estaba en ropa interior, aunque esa escena no quedó registrada en las grabaciones.

El hecho generó indignación en parte de la comunidad. Giovanny Salas, comerciante de Guayaquil, manifestó que debido a las múltiples denuncias de abusos en el clero a nivel nacional e internacional, “en estos tiempos no se puede confiar a nuestros hijos a nadie”.

Salas dijo que esto “solo genera crisis y desconfianza en la Iglesia Católica. ¿Quién puede ir a misa a escuchar la palabra de Dios con tantas sospechas y acusaciones?”.

Daniel Zambrano, empleado privado, también cuestionó la conducta del sacerdote. “No tenía por qué aceptar que los menores ingresen a su domicilio. Esto rompe con la confianza que los curas, a través de la palabra de Dios, tratan obtener de los ciudadanos”, señaló. Recordó además el antecedente del sacerdote César Cordero Moscoso en Cuenca, denunciado en 2018 por abuso sexual.

En la misma línea, Ricardo Peralta, servidor público, opinó que “estuvo mal que un cura deje que menores estén solos con él. Toda esto generó críticas y desconfianzas no solo en el padre también en el resto de religiosos, que hablan de la palabra de Dios. ¿Quién puede ir a misa conociendo estos problemas”.

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Para Peralta, “las investigaciones tienen que ser exhaustivas para determinar qué ocurrió, pero desde ya el hecho deja un mal precedente contra el religioso”.

La defensa del sacerdote

Frente a los señalamientos, el sacerdote se defendió asegurando que se trata de “un ataque planificado y estratégico” en su contra. Sin embargo, su declaración no frenó los comentarios de rechazo en la comuna ni en otras ciudades donde el hecho se viralizó.

Por su parte, los padres de los adolescentes implicados defendieron al religioso y lo describieron como “una persona bondadosa”.

Según ellos, la cercanía con los niños se debe a su juventud: “No es raro verlo jugar con ellos en la playa o en las calles. La gente quiere hacerle daño con falsas acusaciones”, afirmaron.

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