Exclusivo
Actualidad

Este es el desgarrador estado de desnutrición en el que se hallaban los pocos perros que aún quedaban en el refugio.Cortesía

La desgarradora historia de refugio canino abandonado: osamentas y perros desnutridos

Al mudarse a Estados Unidos, Karina dejó su albergue al cuidado de una conocida que, poco después, desapareció. Ahora busca que se haga justicia

“Ese lunes, sentí que mi vida se rompía. Sentí como si 50 pedazos de mi alma se quebraran”, cuenta, con la voz entrecortada, Karina Sempertegui, una rescatista independiente que emigró a Estados Unidos hace pocos meses. Dejó a sus 50 perros al cuidado de una conocida, pero actualmente solo 10 siguen con vida.

Karina, conocida en el mundo animalista por su labor a favor de los perros abandonados, mantenía un refugio con decenas de ellos, pero a cinco (Bruce, Charlie, Brandon, Castiel y Max) les tenía un cariño especial, pues eran de su propiedad.

Al irse del país, no encontraba con quién dejarlos, hasta que pensó en Mónica Alexandra Fortis, una mujer que, según cuenta, conocía del mundo de las fundaciones y que atravesaba una necesidad urgente: debía desalojar la casa donde vivía con sus propios perros adoptados, en Mapasingue.

(Lea también: Leptospirosis es la causa de muerte de ocho niños en Taisha: MSP se pronuncia)

“Hicimos un acuerdo. Yo pagaba la renta de un espacio en Durán y otros gastos, y ella cuidaba de mis animales. Al principio todo iba bien, hablábamos constantemente por videollamadas. No sé qué pasó después... simplemente desapareció”, asegura Karina.

El silencio se volvió angustiante. Ni mensajes ni llamadas eran respondidos. Desesperada, le pidió a un conocido que se acercara al refugio, al menos para mirar desde fuera. “Me dijeron que no se oía nada. Solo silencio. Hablé con la casera, y luego de unos días me confirmó la situación. Lloré. Pero pensé con cabeza fría: había que hacer un operativo”.

¿Cómo fue el operativo para rescatar a los animales sobrevivientes?

Operativo del pasado 1 de abril en el refugio ubicado en Durán. Un fuerte olor marcó la intervención.Cortesía

El lunes 21 de abril, junto a personal de Bienestar Animal del Municipio de Durán, la casera del inmueble y un grupo de animalistas, se realizó un operativo. Karina, aunque en el extranjero, estuvo presente por videollamada. Fue testigo virtual de lo que describe como una “película de terror”.

“El candado había sido cambiado. Cuando lo rompieron y abrieron las instalaciones… fue devastador”, recuerda entre lágrimas. Los pocos perros vivos estaban débiles, famélicos y con las costillas marcadas. Entre escombros y desorden, hallaron tres osamentas. El hedor era insoportable, según le relató la casera.

(También le puede interesar: Dolor en familia Cruz Briones: ¿Qué se sabe del ataque armado contra padre e hijo?)

El lugar estaba desvalijado, con comida regada, heces por todas partes y pertenencias aún tiradas, junto con muebles y enseres.

Los sobrevivientes fueron llevados inicialmente por el Municipio para recibir atención urgente, y luego trasladados, por decisión de Karina, a la Fundación Gran Roque, donde ahora esperan una adopción responsable.

DonacionesKarina Sempertegui pidió a la ciudadanía que no done al refugio de Alexandra Fortis hasta que se aclare el paradero de los perros desaparecidos. EXTRA intentó contactarla, pero Fortis no respondió llamadas ni mensajes.

¿Cómo ocurrió la desaparición de Mónica Alexandra Fortis?

A pesar de la desaparición de Fortis, ropa y muebles aún se encontraban esparcidos por el lugar.Cortesía

EXTRA constató que el número telefónico con el que Fortis se comunicaba con Karina está suspendido. Su cuenta de WhatsApp fue desactivada y sus redes sociales permanecen inactivas. La vivienda que funcionaba como refugio fue clausurada por orden policial y está bajo investigación.

Karina explicó que, aunque el último contacto fue el 4 de marzo, no actuó de inmediato porque Alexandra le dijo que estaba hospitalizada tras una complicación por una vincha gástrica infectada. Luego, era su esposo quien respondía, asegurando que los perros estaban bien. “Me confié, pensé que todo seguía normal. Luego nadie más respondió. La casera tampoco podía ayudar porque su esposo también estaba hospitalizado. Tuve que esperar a que se recupere para que pudiera ir al refugio”. 

(No deje de leer: Militar habría intentado agredir sexualmente a una estudiante, en Quito)

¿Cuál ha sido la reacción de los ciudadanos en redes sociales?

Los perros sobrevivientes se alimentaban del escaso alimento que encontraban regado en los pisos.Cortesía

Desde que se conoció el caso, en redes sociales varios usuarios que también colaboraban con el refugio de Fortis han expresado su indignación. “No puedo creer esto. Mi hermano y yo le transferíamos dinero cada mes”, escribió la usuaria @luisalanata. “Me siento una estúpida. Es la única fundación a la que aportaba mensualmente”, comentó @krolinachi. Así como estos, decenas de mensajes más han surgido con reclamos similares.

Karina, entre el dolor y la impotencia, ha iniciado una campaña para denunciar públicamente a Mónica Alexandra Fortis, con el objetivo de frenar futuras donaciones a su nombre y exigir justicia.

“Hemos sido engañados y burlados. Así no recupere a mis ‘niños’, tengo que hacer justicia. No sé si pueda volver a confiar en alguien. Pero sé que no puedo quedarme de brazos cruzados. A esos animales los amé como si fueran mis hijos. Me duele el alma, pero también me llena de fuerza para que esto no quede impune”, concluye Karina desde la distancia, aún rota, pero dispuesta a seguir luchando.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!