"Es una guerrera, una mujer valiente", así define Jorge, el esposo de la abuela paterna de los cuatro niños asesinados la noche del lunes 11 de diciembre en el Guasmo sur de Guayaquil, a Rosa, la madre de los cuatro niños fallecidos y a quien consideraba como una hija.

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El hombre, quien labora como guardia de seguridad, tenía pocos minutos de haber llegado a la casa donde compartía con su esposa, los hijos de ella y sus respectivas parejas y nietos, cuando el sonido de las balas lo sacó corriendo del baño.

“Se escuchó una ráfaga de tiros, salí a ver qué era y vi a Rosa tumbada en el piso, tenía disparos por todas partes del cuerpo y aun así se arrastraba para tratar de llegar a la habitación donde estaban sus tres hijos para ayudarlos. Es una mujer tan valiente, por cómo los cogía, pero ya nada podía hacer, fue una escena desgarradora. No la puedo quitar de mi mente”, comentó el abuelastro de los niños.

Sostuvo que aunque los pequeños no llevaban su sangre, los quería como a sus nietos y que ellos a su corta edad le devolvían con abrazos el amor que él sentía por ellos. “El varoncito me decía: ‘Yo voy a ser futbolista’. La niña de 5, era tan alegre, yo le decía: ‘Tú vas a ser la reina del Guasmo’. Esta tragedia nos tiene destrozados, pero debo ser fuerte para ayudar a mi hijo y a mi nuera”, expresó.

En la casa de una planta, ubicada en la manzana 14 de la cooperativa Guayas y Quil, habitan 11 personas, seis adultos y cinco menores de edad, entre los cuatro niños asesinados.

Olga, la abuela paterna de los menores contó que aquella noche salió de su domicilio a las 19:45 hacia el templo evangelico donde se congrega. "Tenía una corazonda, como un mal presentimient. A las 21:30 un hermano de la iglesia me ddice que vaya rapido a la casa, que mi esposo lo ha llamado asustado que ha ocurrido una desgracia", relató llorando la señora.

Recuerda que aquella mañana salió muy de su domicilio para dejar a sus dos nietas de 7 y 5 años en la escuela y que su nuera se quedó en casa con el niño de 3 años y la bebe de cinco meses.

Al medio su hijo, padre de los niños las fue a retirar de la escuela. "Somos una familia muy unida, mis nietas me habían pedido como regalo de Navidad una tablet, yo se las iba comprar con parte del décimo que le dan a mi esposo, ahora solo me queda llorarla", manifestó.

Los restos de los cuatro niños serán sepultados hoy en el cementerio del suburbio porteño. 

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