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Los pobladores lanzan naranjas a los asistentes a la procesión, cuidando que nadie salga herido.ANGELO CHAMBA

En Uyumbicho llueven naranjas por devoción a san Cristóbal

En Uyumbicho, cantón Mejía, las fiestas patronales en honor a san Cristóbal se celebran con misas y más de 2.000 naranjas lanzadas a los asistentes

En Uyumbicho no hay fiesta sin misa, sin banda de pueblo y sin naranjas como parte de sus costumbres. Esta parroquia del cantón Mejía, al sur de Quito, vive más de un mes de celebración en honor a su patrono, san Cristóbal.

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Lo hace con una tradición que la distingue de cualquier otra: el lanzamiento masivo de naranjas. Se trata de naranjas ‘volando’ por los aires. Esta curiosa costumbre se realiza desde hace más de 142 años, fecha en la que se concretó la parroquialización de este territorio.

Se estima que cada día se lanzan al menos 2.000 naranjas, aunque hay días en los que esa cifra se queda corta. Es una muestra de agradecimiento y devoción.

Una lluvia de fruta y fe

El momento más esperado de cada jornada llega después de la misa y la procesión. Ahí es cuando los priostes (encargados del día de fiesta) empiezan a repartir y lanzar las naranjas. Los pobladores, que ya conocen el ritual, se colocan manos arriba, listos para atrapar la fruta.

“Aquí no se lanzan dulces, se lanzan naranjas. Es una tradición que tiene historia. Todos colaboran: uno trae 50, otro 100. Entre todos completamos las más de 2.000 naranjas del día”, explica Juan Sandoval, uno de los priostes.

¿De dónde viene esta tradición?

Madelaine Hernández, actual reina de Uyumbicho, con banda y corona acompaña cada novena, cada misa y cada procesión.

La imagen de san Cristóbal es llevada por el centro de la parroquia luego de la misa.ANGELO CHAMBA

“La historia dice que hace muchos años un conductor que transportaba naranjas perdió su carga en el pueblo. Los vecinos le ayudaron a recogerlas. Al año siguiente, él regresó para agradecer lanzando naranjas desde su camión”, narra.

Desde entonces, esa lluvia de frutas se volvió parte central de las fiestas patronales. Para muchos, recibir una naranja es como recibir una bendición. “Se regalan con fe, con alegría. Es una manera de compartir lo bueno que ha pasado en el año”, agrega la reina.

Todos participan

La gente guarda sus mejores naranjas. En cuanto termina la procesión, los niños esperan con bolsas para atrapar alguna. El recorrido puede ser en diferentes barrios, pero el principal se centra en la plaza mayor.

Tampoco pueden faltar las vacas locas cada día de la celebración.ANGELO CHAMBA

“La naranja aquí representa agradecimiento. No es solo una fruta: es parte de nuestra identidad”, expresa Juan Sandoval.

Además, la generosidad caracteriza a los habitantes de Uyumbicho, pues en la jornada también se reparten panes con hervido de naranja.

El lanzamiento es solo una parte de una programación diaria que incluye misa, procesión, comida, artistas locales y toros populares. Los priostazgos pueden costar entre $1.500 y $4.000 por día, dependiendo de si es entre semana o ‘finde’.

“Es un esfuerzo, pero vale la pena. Aquí han venido orquestas como La Vagancia, Trío Colonial y otros artistas”, dice Juan. En la celebración no pueden faltar las vacas locas, los canelazos y comidas típicas como las tortillas o la deliciosa fritada.

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