Leer en las redes sociales de su hijo una sigla como XD no es para asustarse, esta solo representa una carita risueña de lado. Pero, ¿qué pasa si en su cuenta ve que escribe un lenguaje que usted no entiende?

 La adolescencia por sí misma es ‘secreta’, indica el psicólogo clínico Jorge Flores. “Los chicos incorporan un lenguaje propio de comunicación entre ellos. Las redes son el lugar de ‘libertad’, en el que inclusive adoptan ciertas personalidades no tan acorde a la norma social”, indica Flores.

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Su colega Kerly Santos aconseja no alarmarse inmediatamente, pero sí hay que revisar todas las redes y juegos en los que el menor de edad tenga canales de interacción con otros.

“Póngale cuidado a palabras o frases incitadoras en las que mencione el estado de ánimo (deprimido), relacionadas con el físico, sexualidad, etcétera. Normalmente usan abreviaturas en inglés”, dice Santos. 

La plataforma de seguridad online y bienestar digital Qustodio y la Fundación Anar, dedicada a la defensa de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, recopilaron acrónimos que alertan de indicios de ciberacoso, consumo de drogas y conductas con connotaciones sexuales:

- GNOC: Desnúdate frente a la cámara.

- GYPO: Quítate los pantalones.

- 53X o CU46: Nos vemos para tener sexo.

- 420: Marihuana.

- THOT, HOE, BOSH SBW, SLUB: Zorra, insulto que suelen decirle a las chicas.

- KYS: Suicídate.

- CD9: Adultos alrededor.

1. Hable de las redes, lo bueno y lo malo. Busque el momento para tocar el tema. Fomente siempre el diálogo y la confianza.

2. Familiarícese con las redes que él consume. Conozca sus características de seguridad y privacidad, así conocerá sus interacciones, etcétera.

3. Límites en el uso del celular. Hacerlo es saludable. Es bueno poner horarios acordados entre padres e hijo.

4. Enséñele a mantener su cuenta privada. A bloquear usuarios y sobre todo solo aceptar amigos reales, para ello necesitará su supervisión y guía.

5. Hable con otros padres. Si no entiende algún término, converse con otros progenitores, investigue, incluso puede consultarle a su hijo. En casos extremos y de riesgo, hable con los amigos o compañeros del colegio, pero hágalo con tino y respeto.

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