La muerte de Nicol Alicia Palomino Mina guarda cierta similitud con la de Lisbeth Baquerizo Muñoz. En ambos casos, al parecer, existió fraude procesal y omisión, lo que ha provocado que los presuntos femicidas anden libremente.

Palomino, de 26 años, falleció la madrugada del pasado 15 de octubre. Su deceso se registró en la habitación de un hotel ubicado en las calles 37 y García Goyena, suroeste porteño. El responsable de su muerte sería el futbolista Adrián Angulo Borja, del club deportivo El Nacional.

Te invitamos a leer: Cortes de luz y una lluvia leve sorprendieron a todos los sectores de Guayaquil

Baquerizo (30 años) fue asesinada en una urbanización de la vía a la costa el 21 de diciembre de 2020. El caso ha sido catalogado como un posible femicidio, pues el principal sospechoso es su esposo, Luis Hermida, quien está prófugo. Se intentó hacer pasar su deceso como accidental, pero después de la autopsia se determinó que falleció por un traumatismo craneoencefálico causado por heridas hechas con un objeto contundente en la cabeza. Incluso, para tapar las lesiones utilizaron pegamento.

En el caso del deceso de Nicol Alicia, el fiscal del Guayas César Peña Morán explica que si bien el jugador en su versión ante la autoridad judicial manifestó que la chica se resbaló en el baño, él tenía la obligación “de manera inmediata” de llamar al ECU-911 o a la Policía Nacional para que la chica reciba atención médica.

“Su actuación genera dudas y, por consiguiente, amerita que sea investigado como femicidio. Las pericias médico-legales, psicológicas y las versiones podrán determinar si dice la verdad o si se trató de un femicidio. En esta clase de hechos no solo se debe tener como antecedente la autopsia, esta jamás es concluyente, ya que todas las pericias deben tener correlación. Por tratarse de una muerte violenta, el departamento de Criminalística debe tener una muestra para exámenes histopatológicos y toxicológicos”, indica.

Testigos y quienes laboran en el sitio de hospedaje donde falleció la joven guayaquileña revelan que el futbolista, en su desesperación por huir, forcejeó con el guardia, quien lo increpó por salir solo y no con la mujer con la que había entrado dos horas y media antes. También contaron que el jugador llevaba la cartera de la chica envuelta en una sábana de color blanco, la cual estaba metida en un tacho de basura. Al salir le dijo al guardia que su amiga se encontraba dormida.

Ante esta declaración, el funcionario judicial precisa que de llegar a comprobarse que el jugador de El Nacional realizó dichos actos, claramente se podría determinar que ha incurrido en un delito de omisión, fraude procesal y alteración de evidencia, que son agravantes para el hecho investigado.

“El artículo 292 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) establece que la persona que altere o destruya vestigios, evidencias o pruebas debe ser sancionada con una pena privativa de libertad de 1 a 3 años, pero hay que ser claros y objetivos: esto es solo una agravante. Lo que hay que determinar es si existió un femicidio. Él puede alegar inocencia, pero eso hay que comprobarlo. Este caso es muy parecido al de Lisbeth Baquerizo”, sentencia Peña.

El pasado martes 24 de octubre Angulo Borja acudió de forma libre y voluntaria hasta una de las Unidades de Violencia de Género de la Fiscalía del Guayas, para dar su versión de los hechos. Allí alegó ante la autoridad su inocencia. El deportista aseguró que él no mató a Nicol, que ella se calló en el baño del motel y que él, al verla inconsciente, trató de auxiliarla, por lo que la tomó entre sus brazos y la colocó sobre la cama.

Sin embargo, la autopsia hecha al cadáver podría desmentir la versión del jugador, ya que de acuerdo con el informe forense, al que este Diario tuvo acceso, la muerte de la joven se produjo por una insuficiencia respiratoria, originada por la obstrucción de las vías respiratorias, además de que el cuerpo presentaba hematomas en el tórax, rostro y brazos.

“Si se hubiese caído, tendría hematomas en un solo lugar. Los golpes por caídas son dirigidos a una sola parte del cuerpo. Nadie cae y rebota para luego golpearse en otro lado. Al parecer, fueron golpes con puño y la obstrucción de las vías respiratorias pudo haber sido por una asfixia, probablemente le taparon la nariz y la boca”, reveló una fuente policial a EXTRA.

César Terán, abogado de la familia de la fallecida, aseguró que el resultado de la autopsia debería ser determinante para concluir si se trató de un femicidio. Asimismo, solicitó a los investigadores rigurosidad y eficiencia, para que la muerte de la joven madre no quede en la impunidad.

Hasta la fecha, al jugador no le han emitido una boleta de captura y ninguna orden de arraigo, a pesar de ser el principal sospechoso.

Hoy, a 15 días del fallecimiento de Nicol, no hay ningún detenido por este hecho, que tiene a una familia sumida en el dolor y la angustia, al no saber qué pasó realmente con su ser querido. Sus hijos y sus padres merecen conocer la verdad. “Queremos que se hagan todas las diligencias para dar con el responsable. No creemos que se trató de una caída como se ha dicho. Hay muchas inconsistencias y su obligación era darle ayuda y no dejarla desamparada”, declara el defensor.

La muerte de la segunda de sus hijos no solo ha dejado un profundo dolor en el corazón de Marco Antonio Palomino, sino también un mar de dudas, las cuales espera despejar a medida que avancen las investigaciones y que se esclarezca qué pasó en la habitación del motel donde hallaron sin vida a su Negrita, como le decía de cariño.

El progenitor, de 52 años, recuerda que la mañana del domingo 15 recibió una llamada a su celular, mientras se movilizaba en un bus rumbo a su trabajo. Un primo lo llamó para contarle que a Nicol la habían hallado muerta en un hotel del suroeste de Guayaquil.

“Desde ese momento no encuentro paz, no hay día que no la recuerde. Siempre sonriente, me decía: ‘Papá, te quiero mucho, eres el mejor padre del mundo’. Me llenaba de besos, era mi única hija mujer, mi adoración. Con su muerte me quitaron la mitad de mi vida”, expresó, mientras con tristeza observaba en su celular una de las tantas fotos que su hija le compartió.

Afirmó que al ver el cadáver de su Nicol notó golpes en varias partes del cuerpo, especialmente en el rostro, lo que hace que dude de la versión dada por el jugador acerca de que ella se resbaló.

“Nos dijeron que el futbolista se había ido corriendo y empujando al guardia, dejando a mi hija sobre la cama muerta, como si fuera un trapo. Pido a las autoridades justicia. Ya no sabemos qué decirles a mis nietos, ellos lloran, preguntan por su mamá, piensan que su mamita está de viaje y que pronto regresará. No quieren ir a la escuela”, afirmó.

Desde la muerte de Nicol, sus hijitos (un varoncito de siete años y una niña de cuatro) están al cuidado de la abuela materna, quien reside en el suroeste de Guayaquil. La joven cubría los gastos de sus niños comprando y vendiendo ropa.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!