Tiana y Logen Abney, residentes de Kentucky, Estados Unidos, se olvidaron de la típica iglesia o el ambiente de playa donde las parejas suelen casarse. En su lugar, escogieron el baño de la gasolinera donde trabajaba Tiana como el escenario donde quedaría registrado su amor.

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“Quería algo un poco diferente. No quería simplemente casarme en una capilla”, explica Tiana, quien confesó que quería tener una divertida historia para contarle a sus hijos sobre su matrimonio.

La dueña de la estación de combustibles, empresa HOP Shops, como ‘pana’ de la pareja, decidió costear todos los gastos de la boda -unos 800 dólares- y cerró el baño para los demás clientes durante dos horas.

Eso sí, pese al lugar, igual hubo baile y fiesta, pues la gasolinera es conocida por su famoso ‘baño discoteca’, el cual tiene luces de colores que contribuyeron a crear un ambiente festivo.

Después de sellar su matrimonio con un beso, las luces multicolores de la ‘discoteca’ se encendieron y los recién casados compartieron su primer baile con la canción ‘Forever and ever, Amen’. Luego de eso, a la pachanga. Y si alguno de los invitados quería ir al baño, ni debía caminar mucho.

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