Darío Quisilema, un joven artista, pidió permiso a la dueña de un inmueble, ubicado en Pomasqui, al norte de Quito, para pintar un mural. La obra que busca transmitir la importancia del vínculo que debe existir entre la naturaleza y el ser humano, sorprendió a los vecinos del lugar.

El artista lleva cuatro años realizando este tipo de trabajos y busca llenar de arte las calles de la capital. Hasta el momento, ha recorrido algunos barrios de la ciudad y ha plasmado con aerosol mensajes positivos.

El mural más reciente está ubicado el el barrio Santa Rosa, en las calles Marieta de Veintimilla y Santa Teresita. Sin embargo, no es el único. Otra vecina de Pomasqui también compartió el trabajo que Quisilema hizo en la pared de su vivienda.

Mientras hacia la pintura, el artista fue felicitado por personas que transitaban por ahí. Otras sumaron su agradecimiento en redes sociales y pidieron a los vecinos que cuiden las obras para que no se deterioren.