Los Águilas se han convertido en uno de los nombres más repetidos cuando se habla de criminalidad en Milagro. Se trata de una facción de Los Choneros que, según fuentes locales y reportajes previos de EXTRA, ha ganado influencia en los barrios del cantón. Aunque no poseen la notoriedad mediática de la cúpula chonera, su papel es clave para sostener el control territorial en esta zona estratégica de la provincia del Guayas.

En este agosto de 2025 circuló un comunicado con fondo negro y letras blancas, firmado con la imagen de una mano. En el texto se prohibía expresamente la extorsión, las amenazas y cualquier forma de intimidación, advirtiendo que estarían vigilantes de quienes alteren la tranquilidad.

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El mensaje pedía además a la ciudadanía no dejarse engañar por supuestos emisarios que usaran su nombre para obtener dinero. Lejos de transmitir calma, el comunicado abrió un debate sobre la capacidad de estos grupos para imponer reglas que deberían ser dictadas únicamente por el Estado.

¿Qué buscan realmente Los Águilas?

El trasfondo de esta declaración no es un acto de altruismo. Los grupos criminales como Los Águilas entienden que, para sostenerse, necesitan proyectar control y legitimidad social. Eliminar o reducir ciertos delitos visibles —como los robos y extorsiones frecuentes— cumple, según expertos consultados en un reportaje anterior por EXTRA, con dos objetivos:

• Ganarse aceptación de la comunidad: al presentarse como “protectores” de la gente frente a otros delincuentes, construyen un relato de orden que los hace tolerables.
• Reducir la presión policial: si las denuncias bajan, disminuye la probabilidad de que aumenten los operativos en la zona.

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En paralelo, mantendrían intactas otras actividades ilícitas que no exponen tanto su presencia, como el tráfico de drogas o el contrabando. La “paz” que ofrecen no es gratuita, es funcional a sus intereses.

Estrategia de gobernanza criminal

El fenómeno respondería a lo que analistas llaman gobernanza criminal: estructuras ilegales que se erigen como árbitros de la convivencia en territorios donde la autoridad estatal luce debilitada. Para Los Águilas, controlar un cantón como Milagro implica blindar rutas estratégicas hacia la costa y puertos como el de Posorja. Menos ruido en las calles significa menos riesgo para sus operaciones de mayor escala.

Lo que ya reveló EXTRA sobre la situación de Milagro

En un reportaje previo, EXTRA ya había mostrado cómo Los Águilas buscaban consolidar esta imagen de control. Vecinos reconocieron que los robos se reducían en ciertos barrios, pero al costo de aceptar la presencia de quienes dictaban las reglas desde la sombra. La publicación advertía también que, aunque disminuyeran las extorsiones visibles, la economía ilegal seguía activa y operando con la misma lógica de poder.

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