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Así quedó el carro del empresario abatido por la policía en Guayaquil: tenía 80 tiros
Los familiares del fallecido interpusieron una denuncia en la Fiscalía en contra de la Policía
“Primero que todo, quiero dejar en claro que lo ocurrido fue la noche del domingo 20 de julio, pasadas las seis o siete. Desde esa hora se escuchaban ráfagas de disparos que venían desde la calle principal, cerca del sector conocido como la Playita”, relató el hijo mayor de Édison Antonio Díaz, de 44 años, el empresario que fue abatido por la Policía en el Guasmo Sur.
El joven cuenta que al acercarse al lugar para pedir información a los policías, uno de ellos le indicó que su padre había atropellado a unas 20 personas y que, por ese motivo, fue "neutralizado". Al identificarse como interno de enfermería y pedir permiso para verificar si su padre aún tenía signos vitales, no se lo permitieron.
“Me dijeron que podía contaminar la escena, pero vi que ellos mismos abrieron la cajuela del carro y luego la cerraron al no encontrar nada extraño. Incluso recogieron casquillos del suelo, pero no explicaban nada con claridad”, señaló.
Posteriormente, según su testimonio, la Policía cambió la versión y afirmó que el conductor no acató una señal de alto durante un operativo. No obstante, versiones de vecinos indican que, al parecer, Díaz había rozado o atropellado unas tricimotos, lo que desató una persecución por parte de dos motocicletas con cuatro agentes.

"No era un carro blindado"
“Creo que mi papá, al sentirse perseguido y al no identificar quién lo seguía, porque los vidrios eran oscuros, aceleró tratando de llegar a casa. Ya había sido víctima de robos antes y era consciente del peligro. Solo quería buscar apoyo. No era un delincuente, era un empresario que trabajaba en el alquiler de equipos y material publicitario para eventos”, explicó su hijo.
Respecto al vehículo, aclaró que no era blindado, como se aseguró inicialmente, sino que solo tenía vidrios reforzados. El informe balístico determinó que el auto recibió al menos 80 disparos.
“Mi padre tenía cinco impactos en el lado izquierdo, el del conductor, que le causaron lesiones en el corazón, pulmones, hígado e intestinos. Murió por hemorragia aguda. En los videos se ve que ya llega sin vida. El carro, tras un impacto, se detuvo justo en la esquina de la casa”.
La versión de la familia
Según la familia, la Policía intentó justificar lo ocurrido al notar que en el barrio había cámaras de seguridad. “Actuaron a quemarropa. No le dieron oportunidad de defenderse ni de bajarse. Dijeron que él disparó, pero eso es falso. No tenía armas”.
Sobre los atropellos, el hijo mayor sostiene que esa noche tres personas llegaron al hospital del Guasmo con lesiones menores. “No hubo muertos ni niños heridos. Todos fueron dados de alta ese mismo día. No eran 20 personas como dijeron al principio”.
La familia acudió esa misma noche a la Fiscalía para presentar una denuncia por lo que consideran un procedimiento irregular. “Esto fue un asesinato. Durante al menos diez cuadras, desde la Playita hasta nuestra casa, más de 15 policías motorizados y cuatro patrulleros dispararon sin medir consecuencias, incluso con fusiles”, recalcó el denunciante.

Versión policial
El teniente coronel Jimmy Mena, jefe del distrito Sur, en una rueda de prensa ofrecida la mañana del lunes 21 de julio indicó que la intervención policial se produjo tras una persecución, debido a que el conductor habría provocado varios atropellamientos.
“El conductor causó una serie de incidentes de tránsito, incluyendo el atropello de al menos cuatro personas, lo que representó una amenaza letal e inminente para los transeúntes. Ante su negativa a detenerse, los agentes se vieron obligados a hacer uso de sus armas de fuego”, manifestó.
Como resultado del operativo, tres personas resultaron heridas y fueron llevadas a casas de salud. Una persona falleció. “La víctima no registraba antecedentes penales”, agregó Mena.
Su familia asegura que volvía a casa tras asistir a un evento social. “Él no era ningún delincuente. Era un trabajador, un hombre de familia”, señaló su hermano.
En el lugar del suceso, personal de Criminalística levantó nueve vainas percutidas calibre 9 mm. El vehículo presentaba más de 80 orificios de bala y daños visibles en los aros de las llantas.