Una inusual reunión en un pequeño parque llamó la atención de algunos habitantes del sector La Colmena, en el centro de Quito, el último fin de semana de mayo de 2023. Incluso, algunos lugareños grabaron unos segundos del encuentro, atribuyendo el momento a una ceremonia de iniciación de una pandilla.

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En las imágenes se observa a una veintena de jóvenes, algunos de ellos con palos, cerca de una bandera de México. Bajo reserva, un morador mencionó que podría tratarse del grupo denominado Vatos Locos, porque ellos utilizan los colores e insignias de ese país.

Además, mencionó que no sería la primera vez que se toman un parque de la zona para hacer sus reuniones y, por ese motivo, han creado un chat comunitario, para alertar a la Policía Nacional cuando estos llegan. De esa forma, los retiran después de pocos minutos.

Kléber Carrión, experto en temas de Seguridad y exoficial de Inteligencia, explica que en la grabación que hicieron los moradores no se nota una situación fuera de lo común, porque no se evidencia violencia.

Sin embargo, aclara que el problema está en los objetivos que tengan para reunirse, sobre todo porque las pandillas actúan bajo dos normas básicas: nombrar a alguien, no para que los lidere, sino para que los domine, y el sometimiento a sus órdenes. Es por eso que para ingresar a estos grupos algunos pasan por pruebas, bajo su consentimiento, en que deben ser golpeados con palos.

Según el experto, esa es una forma de medir hasta dónde pueden llegar. No obstante, estos actos se suelen deformar con el tiempo y se empiezan a pedir pruebas que conllevan a la violencia, como asesinatos. “Este comportamiento rompe el tejido social y es el inicio de lo que luego se convierte en grupos de delincuencia organizada, maras o muchos nombres que se les dan”.

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