A las 08:08 del lunes 23 de enero, varios grupos se subieron a los trenes del Metro de Quito para arrancar, con 18 días de retraso, la fase de inducción en movimiento.

La mayoría de ellos llegaron por invitación, pues tenían parentesco con empleados de la empresa a cargo del metro. Otros como Juan Vega fueron abordados afuera de las paradas. “Nos dijeron si queríamos conocer el metro y viajar. Y aceptamos”, contó.

Él y su esposa Carmen Chiluisa caminaban cerca de la plaza San Francisco y como no tenían apuro en irse se ‘treparon’. “Está lindo, cómodo, ni se siente que se mueve el tren”, agregó Carmen.

Eso sí, Juan cree que se ha dejado pasar mucho tiempo para que funcione completamente. “A veces parecía que ya iban a dejar botando”.

Antes que nada: las selfies en las gradas, en los asientos del tren y vídeos de la llegada de las unidades, como para dejar constancia de que “ya estuvieron allí, al menos un ratito”.

María Maila abordó el metro en Solanda, en el sur, llegó hasta El Labrador, en el norte, y volvió. Ella es madre de uno de los trabajadores. “El mismo trayecto en bus nos toma más de una hora. Esta vez fueron 32 minutos”, dijo emocionada.

Los más jóvenes caminaron por todo el tren para registrarlo en redes sociales. Los adultos mayores, un poco más tímidos, se ceñían a las indicaciones y esperaron sentaditos los momentos de salir y volver a entrar.

Roberto Custode, gerente de operaciones, explicó que si bien fue un recorrido con personas cercanas, desde hoy estará abierto al público en general. “La página web estará operativa desde las 14:00 (ayer) para que los usuarios se registren”, agregó.

A pesar del retraso en la planificación, aseguró que “en marzo el metro de Quito operará comercialmente como se lo había anunciado”.

Pero las formas de pago, como la tarjeta única, tarjeta de crédito o débito y la cédula de ciudadanía funcionarán después de un par de meses más. Aliste los sueltos.