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Dianora y su niña fueron sepultadas en un predio de San Miguel de los Bancos.Cortesía

San Miguel de los Bancos: Así fue la trágica historia de madre e hija venezolanas

Ambas desaparecieron hace 8 meses en San Miguel de los Bancos. El hombre que las mató, las quemó y las enterró en su casa. Aquí lo exclusivo

“Desde que ocurrió esto, quedamos aterrados. No queremos saber nada más”, contó el residente de una casa de madera ubicada al final del pasaje 2 de Noviembre, detrás del cementerio de San Miguel de los Bancos, cantón del noroccidente de Pichincha. En ese inmueble se perpetró el atroz crimen de Dianora, una joven venezolana de 25 años, y su hija de apenas 10 años.

El hombre confesó su temor, ya que fue él quien descubrió el sitio donde ambas estaban enterradas, tras haber sido reportadas como desaparecidas hace ocho meses. Aunque no quiso conceder entrevistas, se conoció cómo ayudó, sin proponérselo, a esclarecer parte de este caso que ha conmocionado a los residentes de este apacible cantón.

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El 25 de junio de este año, el residente planeaba excavar una parte del terreno para construir piscinas y criar tilapias. Poco después del mediodía, mientras trabajaba en la zona baja, percibió un olor insoportable. Alarmado, se comunicó con el dueño del predio y le informó lo sucedido. Entonces llamaron a la Policía, que envió un equipo para iniciar las investigaciones.

A las 15:40, los agentes llegaron al sitio, una escena abierta con abundante vegetación. Se ubicaron junto a un área con un declive sospechoso. Una perra de búsqueda detectó actividad inusual en ese punto. Los agentes cavaron y realizaron un hallazgo espeluznante: dos cuerpos humanos en avanzado estado de descomposición.

Los restos de Dianora estaban envueltos en una sábana verde. Vestía una blusa negra y ropa interior rosada. Su hija, en cambio, estaba cubierta con una cobija multicolor y vestía camiseta y pantaloneta blancas.

Según un informe preliminar de la Policía, la menor de edad tenía una cuerda de nylon atada al cuello, lo que podría indicar la forma en que fue asesinada. No obstante, será la autopsia la que confirme las causas de muerte. Mauro Sánchez, jefe de Policía encargado del distrito, indicó que madre e hija fueron incineradas antes de ser sepultadas, y que el crimen se habría cometido el 17 de octubre de 2024.

Los antecedentes en San Miguel de los Bancos

Este es el agujero donde fueron enterrados los cadáveres de las extranjeras.Angelo Chamba

El principal sospechoso fue identificado como Franklin Quiñónez, pareja de Dianora y residente de Los Bancos. Él y las víctimas arrendaron la casa el 28 de septiembre de 2024. Una vecina, que pidió no ser identificada, contó que nunca notó nada extraño, salvo el día de la desaparición. “Ese 17 de octubre, el joven vino a mi casa y me preguntó si había visto a su esposa. Me dijo que se había ido, llevándose algunas cosas”.

Poco después, Quiñónez también abandonó la vivienda. Nadie lo retuvo para esclarecer la desaparición. Sin embargo, el 27 de noviembre de 2024, fue detenido junto a otras tres personas por un delito relacionado con drogas. Según archivos del Consejo de la Judicatura, fueron encontrados con más de 200 gramos de marihuana en una casa de Pedro Vicente Maldonado, cantón vecino.

Durante la audiencia de flagrancia, su abogado pidió medidas sustitutivas, argumentando que tenía tres hijos: dos niños de 7 y 3 años, y un bebé de un mes. Con esos datos, se presume que mantenía otra relación mientras vivía con Dianora. La denuncia por desaparición fue presentada por la familia recién el 20 de diciembre.

La confesión y el final de madre a hija venezolanas

Los cuerpos fueron llevados hasta Santo Domingo de los Tsáchilas para las pericias forenses.Cortesía

Desde Venezuela, los familiares de Dianora iniciaron la búsqueda valiéndose de redes sociales, donde compartían fotos de madre e hija, y exigían respuestas a Quiñónez. En las imágenes, la pareja parecía feliz, pero sus parientes desconfiaban de esa fachada.

El 10 de enero de este año se conformó un equipo investigador. Sin embargo, tres meses después, el caso dio un giro inesperado: Quiñónez fue hallado sin vida en la casa de sus padres, en el barrio Pitzará de San Miguel de los Bancos. Según la Policía, habría ingerido veneno, posiblemente en estado de depresión, y dejó una carta en el lugar.

“El crimen se habría producido por celos, aunque serán las investigaciones las que determinen lo ocurrido”, señaló el mayor Sánchez. La carta y la escena levantaron una nueva sospecha: debido a lo complejo del terreno (lodo e inclinación del lugar) donde fueron enterradas las víctimas, se investiga si hubo otra persona implicada en el crimen.

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Para Geraldina Guerra, de la Fundación ALDEA, este caso refleja cómo la impunidad continúa cobrando vidas de mujeres. “La violencia crece en territorios como el Chocó Andino, donde hacen falta servicios urgentes de protección a las víctimas”, señaló.

Por ahora, los cuerpos de Dianora y su hija permanecen en el Centro Forense de Santo Domingo de los Tsáchilas, a la espera de trámites legales y de que sus familiares lleguen desde Venezuela. En redes sociales, un hermano de la víctima expresó su dolor, pero también gratitud: “Agradezco a todo el personal de la Dinased, al Cuerpo de Bomberos y a las brigadas de seguridad ciudadana que ayudaron en esta ardua búsqueda. Ya podrán descansar en paz mi sobrinita y mi hermanita”.

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