Los casos de tos ferina en Ecuador presentan una tendencia preocupante al alza, según lo informó Valeria Torres, subsecretaria de Vigilancia, Prevención y Control de Salud del Ministerio de Salud Pública (MSP). Hasta la fecha, se han contabilizado 321 casos a nivel nacional y se ha reportado el fallecimiento de 11 personas, de las cuales seis eran niños menores de un año.

Torres señaló que, ante esta situación, se ha emitido una alerta epidemiológica para reforzar las acciones de prevención y respuesta sanitaria. En declaraciones a un medio de comunicación, enfatizó la importancia de completar los esquemas de vacunación, especialmente en la población infantil.

“Hacemos un llamado a los padres y representantes legales para que autoricen la vacunación de los niños. A completar los esquemas pentavalentes que están disponibles, y son gratuitos, en todos los centros de salud”, insistió.

La vacuna pentavalente, que protege contra cinco enfermedades, incluida la tos ferina, debe aplicarse a los 2, 4 y 6 meses de edad. Las autoridades sanitarias aseguran contar con las dosis necesarias para responder a esta emergencia y buscan contener la propagación del virus para evitar un escenario más crítico. “En este momento, tenemos todo para responder ante la enfermedad. Si no hacemos las acciones necesarias, podríamos enfrentar un panorama más complejo”, advirtió Torres.

Datos sobre la tos ferina

La tos ferina, también conocida como pertussis o tos convulsiva, es una enfermedad infecciosa altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Afecta principalmente a los bebés y niños pequeños, aunque puede presentarse en personas de cualquier edad.

Se transmite fácilmente de persona a persona por medio de gotitas respiratorias. Su síntoma principal es una tos violenta e incontrolable, que puede provocar dificultad para respirar, vómitos y un característico sonido agudo al inhalar.

La enfermedad se desarrolla en tres fases: catarral (similar a un resfriado común), paroxística (con episodios intensos de tos) y de convalecencia (donde la tos va disminuyendo gradualmente). La vacunación es la medida más eficaz para prevenirla y es especialmente vital en los primeros meses de vida, cuando los niños son más vulnerables a complicaciones graves.

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