El caso de Natalia Nagovitsyna, una alpinista rusa de 48 años atrapada desde el 12 de agosto en el Pico Pobeda, también conocido como Jengish Chokusu, ha generado consternación internacional. Pese a los múltiples esfuerzos por salvarla, las autoridades de Kirguistán suspendieron definitivamente las operaciones de rescate debido a las extremas condiciones climáticas.

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Nagovitsyna sufrió una fractura en la pierna mientras descendía desde los 7.150 metros de altura, lo que la dejó inmovilizada en una de las montañas más peligrosas de Asia Central. Desde entonces, se organizaron varios intentos de rescate, todos fallidos, que han dejado incluso un trágico saldo de víctimas.

Un rescate imposible

El 15 de agosto, el alpinista italiano Luca Sinigaglia, de 49 años, intentó llegar hasta Nagovitsyna con provisiones, pero falleció poco después, presuntamente a causa de un edema cerebral. Junto a él, un alpinista alemán logró instalar una tienda de campaña para que Natalia pudiera refugiarse y sobrevivir en temperaturas que, por las noches, descienden hasta los -30 °C.

El 16 de agosto, un helicóptero del Ministerio de Defensa de Kirguistán intentó aproximarse a la zona, pero las fuertes ráfagas de viento obligaron a un aterrizaje forzoso que dejó tres tripulantes heridos. Días más tarde, otro equipo de rescatistas inició un ascenso a pie, pero las tormentas de nieve y la falta de oxígeno ralentizaron el avance, obligando a abandonar la misión.

Confirmada su ubicación, pero inaccesible

Pese a las dificultades, un vuelo de dron realizado el 19 de agosto logró confirmar que Nagovitsyna seguía con vida, refugiada en su tienda. Sin embargo, las condiciones extremas y el terreno técnico del Pico Pobeda hicieron que los rescatistas concluyeran que llegar hasta ella era prácticamente imposible.

“Sabemos dónde se encuentra, pero es imposible acceder”, declaró Dmitri Grekov, responsable del campo base, a la agencia TASS. Las autoridades informaron que incluso 30 rescatistas serían insuficientes para bajar a la alpinista desde esa altitud, donde la falta de helicópteros aptos para volar por encima de los 7.000 metros complica aún más cualquier operación.

Tragedias paralelas y suspensión definitiva

Durante los intentos de rescate, la montaña cobró más víctimas. Dos alpinistas iraníes permanecen desaparecidos desde el 12 de agosto tras sufrir accidentes separados, y en la cercana cumbre Khan Tengri falleció el ruso Alexey Yermakov. Además, 90 personas fueron evacuadas de los campamentos base por el riesgo creciente de avalanchas.

El 25 de agosto, un último intento contemplaba el uso de un helicóptero privado Eurocopter pilotado por un experto italiano, pero las tormentas y la nula visibilidad hicieron que la misión se cancelara. Las autoridades confirmaron que, tras más de 12 días atrapada y sin posibilidad de asistencia, las probabilidades de que Nagovitsyna siga con vida son mínimas.

Una montaña letal

El Pico Pobeda, con 7.439 metros de altura, es considerado una de las cumbres más peligrosas del planeta debido a su terreno técnico, crestas expuestas y condiciones meteorológicas impredecibles. Hasta la fecha, nunca se ha logrado evacuar con éxito a un alpinista herido desde semejante altitud en esta montaña.

La tragedia de Natalia Nagovitsyna se suma a una lista de accidentes mortales que han marcado la historia de este imponente coloso, recordando los límites extremos a los que se enfrentan quienes desafían las alturas.

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