Una pareja alemana llevará un caso bastante inusual a los tribunales. Intentan que su vecino se deshaga de su gallo, que cacarea más de 200 veces al día y según ellos ha convertido vivir en su casa en una tortura. 

Su marido, Friedrich-Wilhelm, que vive en Bad Salzuflen, dijo a los medios alemanes: “No empieza hasta las 8 de la mañana porque está encerrado por la noche, pero luego canta entre 100 y 200 veces durante el día”.

“No podemos salir al jardín ni abrir ninguna ventana. es insoportable Tratamos de aguantarlo, nuestros hijos y nuestros vecinos también, pero no podemos. Es extraño hablar de esto como una tortura, pero eso es lo que es”, argumentó el hombre. 

Friedrich-Wilhelm comentó que otro vecino se mudó porque estaba harto del ruido, pero enfatizó que él no hará lo mismo. El ave canta con una intensidad de 80 decibelios, que equivalen a una calle transitada o un restaurante concurrido.

Por su parte, el abogado de los demandantes explicó: “Un gallo no pertenece a una urbanización tranquila”. Pero el dueño del pájaro, Michael, afirmó que Magda (como se llama el gallo) es fundamental para su jardín, y añade: “Las gallinas necesitan al gallo, si no estuviera se desplumarían entre ellas”.