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Buena Vida

Galaxy S8, un gran teléfono que necesita un gran usuario
Giannella Espinoza nos cuenta su experiencia con el nuevo Galaxy S8 de Samsung.
El diseño y pantalla no tienen comparación. Su forma sin límites realmente es agradable a la vista, su tamaño y peso (en la versión normal) es ideal para el agarre con una sola mano (la versión plus no la hemos probado).
Parece que Samsung esta vez, más que un teléfono, vende una gran pantalla (5,5 y 6,2 pulgadas), según el modelo, y por lo tanto gran experiencia de uso. Esta cubre prácticamente la totalidad de la parte frontal.
En lo que respecta al software le lleva ventaja a su competidor principal iPhone 7. Añade numerosas opciones de personalización propias a Android 7.1. Es posible seleccionar modos para mejorar la calidad de los vídeos, controlar la privacidad con la función Knox, disponer de una gran variedad de opciones en la aplicación de cámara y más.
Como ya sucedió con el S7, la potencia del Galaxy S8 es sobresaliente. Aunque, no mucho mayor que la de su predecesor. El procesador ofrece una de las mejores experiencias que se pueden tener con Android el día de hoy, funciona con una excelente fluidez.
La cámara no es muy diferente a la de su hermano mayor, salvo a que el S8 ahora se atreve de noche a disparar con una velocidad mínima de 1/8 en lugar de a 1/10. Lo que sí ha cambiado es la cámara delantera; trae un objetivo de la misma luminosidad que el de la cámara principal.
Su carga sigue siendo rápida y la batería soporta sin incomodarse un día entero.
También trae amigos que los probaremos poco a poco: nuevas VR y Gear 360, además de DEX (un juguetito que convierte el teléfono en CPU).
Conclusión: un equipo que vale lo que cuesta y el mejor amigo para grandes cargas de trabajo.
Datos adicionales
Rendimiento: Trae el primer procesador de 10 nm de la industria, que permite mayor velocidad y eficiencia.
Seguridad: Ofrece una amplia selección de tecnologías biométricas incluyendo escáner de iris, escáner de huellas dactilares, y reconocimiento facial.
Anécdota
Me fui de vacaciones a Florida y se me ocurrió hacer Kayak en Key Largo, un lugar ubicado en el condado de Monroe. Era la primera vez que animaba por este deporte acuático, por lo tanto debía fotografiarlo. Es así que decidí llevar mi Galaxy S8 durante la aventura, recordando que era resistente al agua pero que no se recomienda usarlo bajo el agua salada. ¡Fotos, por aquí fotos por allá!
Me bajé del bote para descansar un rato cerca de la orilla. En el movimiento, mi teléfono salió de mi ropa y se sumergió en el Atlántico sin que me percatara hasta 20 minutos después del accidente. Lo admito, cuando me di cuenta sufrí un microinfarto. Mis amigos me ayudaron a buscarlo y, sin alargar el cuento, lo encontraron. Una vez que lo tuve en mis manos, dije todas las oraciones del catecismo posibles y pulsé el botón de encendido. Resultado: Se iluminó su pantalla sin problema alguno. Ha pasado casi un mes y no hay secuelas.
Posdata: ¡No lo intente en casa! Úselo tranquilamente en la piscina -hasta 1.50 metros de profundidad- pero evite el agua salada como lo recomienda el fabricante. Yo corrí con mucha suerte.