El 2021 está por decirnos adiós.  Este es el testamento que nos deja después de ayudarnos a adaptarnos a una nueva normalidad. 

TESTAMENTO: 

Llegué pateando el 2020 y su peste del covid. Todos me esperaban con esperanza y ahora ya me quieren despedir.

A mi gente pobre, pero jamás rendida, le dejo una lupa nueva para que analice a los políticos que la quieren ver jodida.

A mis comuneros les dejo nuevas ideas para que pongan el turismo en vitrina, y no se crean el cuento de que solo merecen una piscina.

A los señores de corbata, públicos y privados, que controlan la economía, les dejo más generosidad para sus subalternos. Es bueno tener inteligencia, pero no abre tantas puertas como la sabiduría.

Un chaleco antitragedias y una camisa de calma a todas las familias para que se protejan de los delincuentes que no tienen alma.

A ti, pelado sabido te dejo una conciencia total. Mira que la covid evoluciona y tú sigues creyéndote inmortal.

A los emprendedores un trago de paciencia. Respiren y sigan luchando que el éxito no lo formulan los pesimistas ni la  indiferencia. 

A esta tierra a la que llegué de cabeza y adapté a vivir al revés, gracias por recibirme. Aquí vienen 365 días otra vez.